Cuando nos planteamos realizar un viaje, las limitaciones que nos imponemos siempre se relacionan con tres aspectos básicos: el tiempo del que disponemos, el desplazamiento que tendremos que realizar y, sobre todo, lo que nos costará económicamente.
Muchas veces nos echamos atrás por alguno de ellos ya que no es fácil poder llegar al equilibrio entre los tres. Con el turismo rural encontraremos un viaje económico y sin necesidad de grandes desplazamientos.
Para conseguir nuestro viaje ideal primando el valor monetario, lo primero que debemos hacer es informarnos de la oferta de casas rurales en nuestra comunidad.
Nos sorprenderemos al ver que cerca de nuestra localidad hay todo tipo de actividades ofertadas, con parajes desconocidos para nosotros que lo máximo a lo que habremos llegado es verlos desde lejos al ir conduciendo.
Las asociaciones de turismo rural suelen poblar las grandes ciudades por lo que nuestra búsqueda a poco que le dediquemos tiempo nos dará excelentes resultados.
El segundo paso es consultar a nuestras amistades si les apetece realizar un viaje de este tipo.
Los descuentos por grupo suelen ser muy jugosos, permitiendo además que pasemos un día perfecto en compañía de las personas más cercanas a nosotros.
Si además tenemos hijos, recibiremos ofertas especiales, pudiendo realizar un viaje económico a la vez que atractivo.
Nuestro último punto es el tiempo disponible, el cual ya es más personal de cada uno.
La ventaja de este tipo de actividades es que, si las realizamos en nuestra comunidad, ahorraremos gran parte del coste de transporte y puede que inclusive el alojamiento.
No obstante, el propio precio de los hostales rurales y albergues suele ser muy competitivo, dándonos la oportunidad de acercarnos de una forma más directa al turismo rural.
Como veis, la accesibilidad de nuestra afición es enorme, por lo que no tenemos excusa para no animarnos a realizar escapadas de este tipo.