El Museo Nacional de Baviera ocultaba en su sótano un objeto de la historia de Alemania que ha conmocionado a más de uno por la historia que lleva detrás. Se trata de una guillotina de origen desconcertante que ha generado la duda de si debe o no exponerse, por la cantidad de vidas que se saldó en el pasado.
El grupo de resistencia contra el régimen nazi conocido como «Rosa Blanca» presenció una de las sentencias más duras a poco tiempo de finalizar la guerra. En 1943, seis de sus miembros más destacados fueron detenidos por difundir el folleto que luego se conocería en Alemania como «Manifiesto de los estudiantes de Munich«. El texto vaticinaba la derrota de la Sexta División alemana en Stalingrado y se filtró por todo el mundo, desde Escandinavia hasta Reino Unido. El crimen contra el régimen concluyó con la ejecución de Hans Conrad Lepielt, que ayudó a distribuir el panfleto, conocido como Folleto 6, en Hamburgo.
Algunos investigadores como Sybe Wartena, comisario del Museo Nacional de Baviera, han determinado que la guillotina se utilizó para ajusticiar a los hermanos Hans y Sophie Scholl, los miembros más jóvenes del grupo de resistencia, que sacrificaron su vida en favor de la resistencia contra el régimen. Aunque los hermanos, al igual que muchos alemanes, vieron en un principio en el régimen nazi la salvación del país, pronto se percataron de los males que escondía, por lo que pronto se afiliaron a los grupos de resistencia. Ellos mismos presenciaron en persona los horrores nazis contra los judíos y la población del este cuando participaron en el programa obligatorio de envío de estudiantes de medicina al frente ruso para asistir a los militares en el campo de batalla hacia 1942.
El grupo de la Rosa Blanca se encargaba de distribuir propaganda en contra del nazismo y de la guerra, repartiendo un total de 6 panfletos con el título «Resistencia pasiva al Nacionalsocialismo». Así mismo, emprendieron una campaña dentro de las universidades alentando a las nuevas generaciones, adoctrinadas desde pequeños para denunciar cualquier infamia contra el régimen de Hitler, a luchar en la resistencia. Las noches del 3, 8 y 15 de febrero de 1943, los muros de los edificios de Munich estaban repletos de grafittis con eslóganes en favor de la libertad y la caída de Hitler.
El último folleto, el número seis, escrito en febrero de 1943, informaba de la derrota nazi en Stalingrado y daba a los miembros de la resistencia una esperanza determinante. Los Scholl repartieron copias del folleto por toda la universidad de Munich para combatir las declaraciones del ministro de Hitler, Goebbels, que había alentado al pueblo alemán a apoyar la guerra mundial.
La Gestapo detectó las intentonas de los Scholl, que fueron arrestados y puestos bajo custodia de la policía secreta y ejecutados el día 22 de febrero, después de un largo proceso de tortura e interrogatorio en el que los hermanos no dudaron en dejar claro que Hitler había perdido la guerra. Todo un acto de valentía que les costaría la vida.
La oposición al régimen de los miembros de la Rosa Blanca ahora está totalmente galardonada, y los miembros que no perdieron la vida están reconocidos como héroes por su lucha contra el Tercer Reich. Es por ello que el descubrimiento del arma de ejecución ha suscitado tanto debate en torno a su exposición o conservación en la sombra: ¿se trata de un objeto que ensalza el sacrificio de los resistentes o, por el contrario, es símbolo de las torturas y la crueldad de la época nazi? ¿Qué opináis?