Giotto di Bondone fue uno de los precursores de la pintura durante el Renacimiento, declarado así por el primer crítico e Historiador del Arte, Giorgio Vasari.
Fue el primer pintor con cuya obra estaría anunciando un nuevo estilo artístico, a pesar de que ocurriera de forma inconsciente.
Aquél estilo estático que se desarrollaba en el arte medieval ya no estaría más, especialmente por el dinamismo que se iba presentando en sus pinturas, así como en la forma narrativa de las historias, dando lugar al Renacimiento en el arte.
Biografía de Giotto
Giotto nació en Florencia en 1267 y allí mismo falleció en 1337. Además de pintor, se desarrolló como escultor, muralista y arquitecto florentino de la Baja Edad Media, considerado como uno de los que inició el movimiento renacentista del Trecento. En los movimientos pictóricos que se dieron posteriormente, fue de influencia.
Fue muy famoso en su época, tanto así que fue encomendado a realizar múltiples trabajos relacionados al arte en lugares como Asís, Bolonia, Nápoles, Siena, Roma y más; dejando una vasta influencia del Trecento renacentista.
Primeros pasos
Gran parte de la información que se tiene de Giotto ha sido gracias al contenido de Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos de Giorgio Vasari. Su nacimiento se dio específicamente en Colle de Vespignano, junto a Vicchio del Mugello, localidad ubicada muy cerca a Florencia.
Su padre fue un campesino de nombre Bondone, razón por la que su infancia la pasara entorno a ovejas, pastoreándolas. A pesar del nombre que se le conoce, otros autores han afirmado que su nombre Giotto era un diminutivo de Ambrogiotto o Angelotto, los que posiblemente pudieron haber sido su nombre de pila.
Las dos versiones de sus inicios
Cimabue fue un pintor florentino del que fue discípulo, muy conocido en su época. Desde niño, se dice, demostró su talento al dibujar sobre las piedras mientras descansaba del pastoreo de las ovejas con tan solo una tiza. Desde allí, su discípulo lo tomaría al quedar impresionado por generarles tridimensionalidad a las ovejas que dibujaba.
Siendo el mismo Cimabue el que lo descubriría, convenció a su padre de dejarle ser su aprendiz, siendo este el comienzo de su carrera como artista.
Sin embargo, existe otra versión que cuenta que Giotto, fue enviado a Florencia por su padre exclusivamente a trabajar como mercader de lanza, como aprendiz.
Desde allí, Giotto visitaría de manera regular el estudio de Cimabue para tan solo mirar trabajar a los demás artistas. Inmerso por su curiosidad y gran interés hacia el arte, su padre le dejó entrar al taller después de haber insistido tanto.
Las Vidas de Vasari: Giotto
Giorgio Vasari no solo fue un artista, pintor y arquitecto del Quattrocento italiano, sino que fue el primer historiador del arte y crítico, al generar una investigación y recopilación de muchos artistas del Renacimiento en su obra «Vidas de los más excelentes pintores escultores y arquitectos italianos«, incluyendo especialmente a Giotto di Bondone.
Entendemos que Vasari probablemente le estuvo eternamente agradecido a Giotto por haber formado parte de los ideales pictóricos renacentistas; siendo precursor de este periodo artístico, a pesar de que no estuvo consciente de ellos. Su aporte al arte no podía dejarse pasar.
Gran parte de la vida de Giotto, hoy es conocida gracias a Giorgio Vasari por exponerlo en su gran libro. Gracias a ello, hoy día podemos conocer parte del recorrido artístico del artista.
La mosca de Giotto que hizo confundir a Cimabue
Entre algunas de las cosas que Vasari comenta en su libro en relación a Giotto, es que al trabajar como aprendiz de Cimabue en su taller, llegó a ser uno de los mejores. Sin embargo, no bastó con ello, ya que destacó por ser un bromista dejando una de las anécdotas más comentadas sobre éste.
Se cuenta que un día en el que Giotto se encontraba en el taller sin la presencia de su maestro Cimabue, éste realizó una de sus obras con una mosca sobre alguno de los personajes de una manera tan realista, que el maestro, al verla, intentó espantarla antes de notar que había sido pintada.
La obra de Giotto di Bondone
Desde esta anécdota de la mosca, ocurrida cuando aún era bastante joven, sería una especie de presagio ante lo que traía el artista. Su ingenio le daría prontamente no solo mucho trabajo, sino una gran importancia como artista durante la primera mitad del siglo XIV.
Los trabajos que realizó entre los primeros años del siglo XIV variaban entre frescos y pinturas en diversos sitios de culto de la Toscana, así como en Umbría. Algunas fuentes aseguran que además, estuvo un tiempo bajo el servicio del papa Bonifacio VIII en Roma.
Durante este periodo, se cuenta, es cuando entra en contacto con la Antigüedad Clásica, considerando el tema religioso, el más común de la época, aún en plena Edad Media. El arte se encontraba aún influenciado por aquella rigidez típica de Bizancio. Giotto, sin embargo, consigue su propio lenguaje al salir de este estatismo.
El dinamismo que comienza a demostrar en sus cuadros se hace cada vez más evidente, pero sin salirse de los temas religiosos. Empleó el uso de la perspectiva, añadiendo claroscuros a medida que revolucionaba la pintura de su tiempo.
La pintura arquitectónica
Las pinturas que realizó Giotto no solo abandonaron las formas estáticas de los personajes, sino que les generó nuevas historias para contar al darles vida. La Madonna si San Giorgio alla Costa de 1295 aproximadamente, es quizás la primera obra que se le atribuye.
A pesar de lo difícil que es datar sus obras, en ella aún se observan claramente el ideal estático medieval con el que se veía, en principio, evidentemente influenciado. Sin embargo, se puede notar un intento de profundidad al colocar a dos personajes en los extremos en un segundo plano.
Habrá que recalcar que Giotto fue también arquitecto, razón por la que se vería influenciado también por ello en la pintura. Logró integrar sus conocimientos arquitectónicos (a pesar que era muy típico de los pintores renacentistas, poseer conocimientos arquitectónicos e incluso ejercerlos) directo en su obra plástica.
Asimismo, Giotto se encargaba de diseñar y preparar cada espacio en el que debía pintar, especialmente si se trataba de frescos dentro de alguna estructura. De tal manera que él mismo consideraba cómo hacer uso de techos y paredes como lienzos del justo tamaño adecuado ante sus necesidades.
Giotto solía adaptar el espacio determinado a su obra, y no al revés. Los frescos que realizó en la Capilla de los Scrovegni en Pauda es un gran ejemplo de ello.
Lamentación sobre Cristo muerto, El Giotto
A pesar de que la ruptura con la tradición bizantina ya se veía venir con Pietro Cavallini hacia el Duocento, es a principios del Trecento que se hace de manera más definitiva. Por un lado, estaría en Siena Duccio, en Florencia Cimabue, pero especialmente Giotto.
La obra de Giotto titulada como Lamentación sobre Cristo muerto, realizada hacia 1306, un fresco realizado en la Capilla de los Scrovegni, Padua, Italia; es una de las piezas que más muestra esa expresividad generada por el artista en sus personajes.
Nada más al notar las caras desgarradas de los ángeles, en posiciones diferentes mostrando tanto dolor ante la crucifixión por la que acaba de pasar Jesús, es para estremecer a un público de hace más de cinco siglos atrás. Asimismo, el resto de los personajes.
El único personaje que se mantiene un tanto más al margen del sufrimiento de los dolientes, es José de Arimatea, un tanto más erguido y hacia un lado, como si no quisiera irrumpir el dolor de los demás. Un momento en el que Jesús ha sido descendido de la cruz, ya muerto, en el que ha abandonado la esteticidad bizantina.
Asimismo, observamos el gran trabajo realizado en el ropaje de los personajes, con tal delicadez generándole profundidad al doblez de la misma a través de las sombras, sin dejar de lado su característico dorado para las aureolas de los personajes que le merecen.
Más allá, el árbol que marca la profundidad llevada por el muro, marcando además una suerte de línea que separa el mundo de los ángeles, de quienes están en la tierra lamentando la muerte de Jesús.
Giotto: el Arquitecto
Casi todos los artistas del Renacimiento solían poseer más de un conocimiento. Los artistas no solo pintaban, sino que realizaban esculturas, frescos e incluso muchos eran arquitectos, entre otros; tal como lo ejemplificaría a la perfección un siglo después Leonardo Da Vinci.
Como Arquitecto, Giotto di Bondone destacó con su diseño del campanario realizado para la nueva catedral de Florencia que realizó casi al finalizar su carrera. El artista fue nombrado maestro de obras de Santa Reparata (hoy día Plaza del Duomo) y superintendente de obras públicas.
Poco después de ello murió sin haber terminado de ejercer como arquitecto completamente.
Sin embargo, a él se le han atribuido el ciclo de relieves encontradas en las paredes, así como la idea de los mármoles policromados, los que después realizaría el arquitecto y escultor Andrea Pisano, quién concluiría la obra al fallecer Giotto.