Una de las armaduras más antiguas del continente europeo es la armadura micénica de 3.500 años, que debido a su alto grado de confección y belleza, los investigadores siempre dudaron de su eficacia en batalla, hasta que un experimento reciente que incluyó Marines de las FF.AA Helénicas ha resuelto este debate.
El experimento, que incluyó a 13 voluntarios de infantería de las Fuerzas Armadas Helénicas, consistió en equiparles con réplicas de la armadura junto a armas de la Edad de Bronce con el fin de simular un combate, determinando que la armadura podía funcionar eficazmente en batalla.
Adicionalmente, los investigadores crearon una serie de condiciones tanto físicas como en el mundo virtual con un programa de software libre, para demostrar que la armadura micénica Dendra no solo era llamativa por su belleza, sino que era apta para luchar.