Los científicos de la Universidad de Mainz descubren por primera vez las técnicas empleadas para producir abalorios de cristal. Esto se ha conseguido gracias a la nueva tecnología empleada, que se basa en análisis de activación de neutrones con la ayuda del reactor TRIGA.
Los restos hallados no pertenecen a la región de los yacimientos de Rhaetian, en Bavaria, según indican los análisis de abalorios realizados por el reactor TRIGA del Instituto de Química Nuclear de la Universidad Johannes Gutenberg Mainz (JGU). Estos restos provienen de diferentes lugares y la mayoría de ellos datan del 30-60 d.C. El resto son del siglo 4 d.C. ambos del período romano.
Se empleaba sodio para fabricar el vidrio, lo que indica que se han elaborado cerca del lago de soda, en las excavaciones próximas a Oberammergau, lugar de culto para los Rhaetians. Asimismo, se ha podido extraer más datos sobre la industria, tecnología, rutas comerciales y el estilo de vida de sus gentes, informa Barbara Karches, del Instituto de Química Nuclear de JGU.
Así, se puede saber que los abalorios se empleaban como joyas y en rituales de sacrificio. Según explica Christian Stieghorst, supervisor del estudio, los abalorios han ayudado a averiguar que el asentamiento data del siglo I a.C.
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Gracias a la tecnología del análisis de activación de neutrones (NAA por sus siglas en inglés), que emplea radiación producida por el reactor TRIGA, se pueden identificar los elementos de los restos de abalorios encontrados en Oberammergau, Heimstätten, Auerberg y Neubiberg.
Según Dr. Gabriele Hampel, la tecnología funciona de la siguiente manera: “al exponer el material a rayos de neutrones, su núcleo se desestabiliza. Una vez recobra su estado natural, el núcleo emite radiación gamma con un perfil único de cada componente y que es útil para identificar”. Por último, TRIGA trabaja sin deteriorar el material, enfatizó Hampel.
A partir de esta exposición radiactiva, los investigadores han descubierto que los abalorios se componen de vidrio de soda con un porcentaje menor de óxido de sodio, lo que indica que proceden de otra área como el lago de soda. Puesto que en la antigüedad no se disponía de la tecnología para alcanzar la temperatura necesaria para fundir el material, los fabricantes de estos abalorios debieron emplear otros agentes como la potasa o la soda natural.
Los abalorios son bastante llamativos debido a su colorido, obtenido gracias a la manipulación de los materiales con manganeso, hierro o cobalto.