La iglesia de San Constantino y Santa Elena en Ordu, ha sido el escenario del descubrimiento del primer mosaico encontrado in situ en Ordu, el cual ha sido datado entre los siglos V o VI gracias al análisis del estilo y las formas.
La combinación de estilos geométricos con figuras florales era una característica distintiva de los mosaicos del periodo bizantino temprano, lo que ayudó a determinar su datación.
Uno de los elementos que llaman la atención son los rombos de los bordes, con los que se forman paneles ya observados en otras partes de Anatolia.
De igual manera, se percibe en el panel un acanto curvado que suele llevar motivos frutales o animales.
Gracias a estos elementos se determinó el periodo al que perteneció el mosaico, que es una de las piezas de historia más importantes descubierta recientemente.