Gracias a estudios arqueológicos y la tecnología de radar de penetración terrestre con tomografías, han logrado desentrañar un antiguo misterio en el que se hablaba de un afluente del Nilo cercano a las pirámides.
El uso de la tecnología logró identificar un curso del río hoy extinto, de unos 6 kilómetros aproximadamente, que al realizarse trabajos de topografía en el lugar se logró determinar que ciertamente hubo una antigua rama del Nilo.
Con esta nueva información se pueden desarrollar numerosas hipótesis, entre las que resalta la explicación de cómo se transportaron los pesados bloques para construir las pirámides.