En barco por la Costa Brava: pueblos con mucha historia

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El verano está a la vuelta de la esquina y, sin olvidar las medidas de seguridad derivadas de la situación sanitaria que vivimos, puede que ya le estés dando vueltas a tus vacaciones. ¿Te has planteado optar por el alquiler de un velero para descubrir la Costa Brava? Si no lo habías pensado, te invitamos a seguir leyendo. Seguramente te animes a hacer la reserva antes de llegar a la última línea.  

Recorrer en catamarán o en yate la Costa Brava es una forma única de conocer maravillosos pueblos cargados de historia y tradición pesquera, de disfrutar de calas y playas únicas.

De hecho, la Costa Brava alberga multitud de playas y calas excepcionales en puntos como Tossa del Mar, Palamós o Roses.

Para navegar y explorar todos estos lugares por vía marítima, te recomendamos alquilar un barco con Nautal, empresa líder en el alquiler de barcos en España y la mejor opción si queremos disfrutar de la historia y la cultura de una manera muy diferente, es decir, por vía marítima

Al navegar por la Costa Brava hay que recordar que hay numerosos espacios protegidos en los que hemos de ser respetuosos al máximo. Este litoral esconde parajes que no dejan a nadie indiferente. Hablamos de una zona llena de lugares increíbles y experiencias.

Su situación geográfica privilegiada, en la provincia de Girona, hace que podamos disfrutar de los vientos del Mediterráneo como la Tramuntana.

Esto, sumado a la erosión del mar, han hecho de este un lugar único que engancha. Lo hacen sus calas de aguas cristalinas escondidas entre la vegetación y sus imponentes acantilados. 

Quien opta por este plan no puede dejar de disfrutar de los mágicos paseos junto al mar por el Camí de Ronda. Es el nombre por el que se conocía el trayecto que discurría por la Costa Brava y que era utilizado por la Guardia Civil para controlar la frontera marítima española y evitar el contrabando.

Aún hoy, conserva antiguas poblaciones de pescadores y una rica gastronomía a base de pescado y marisco fresco. 

En el recorrido, Cadaqués es otra de las paradas obligadas. Es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Cataluña, ligado inevitablemente a Salvador Dalí.

Una localidad rodeada por el paisaje del Parque Natural del Cap de Creus que, aún hoy, conserva su encanto de antiguo pueblo de pescadores.

El visitante puede recorrer sus calles estrechas, contemplar sus casas blancas y disfrutar de un precioso paseo marítimo viendo las barcas de pesca reposar en las calas.

Desde allí podemos ir paseando hasta Port Lligat y visitar la casa de Salvador Dalí, hacer una ruta hasta el faro de Cap de Creus o caminar hasta el faro de Cala Nans.

Un baño en las calas escondidas de la Costa Brava

La Costa Brava alberga calas que, por la erosión del mar, se encuentran escondidas entre la naturaleza. Calas a las que solo se puede acceder a pie o si se opta por el alquiler de un barco sin licencia.

Una de las más especiales es Cala Trons, cerca de Lloret de Mar. Una cala pequeña y tranquila, de aguas cristalinas y arena fina.

Un enclave perfecto para hacer snorkel. Hay otras que podemos incluir en el recorrido como Cala Aigua Xelida (Tamariu), Cala Illa Roja (Begur), Cala Estreta (Palamós), Cala Pola (Tossa de Mar) o Cala Sa Tuna (Begur).

La gastronomía, otro de los atractivos de la Costa Brava

Otro de los grandes atractivos de la Costa Brava y de islas como Ibiza, Mallorca o Menorca es su gastronomía.

Algunos de sus platos típicos son el suquet de peix, las gambas de Palamós o las anxoves de l’ Escala.

El suquet es un guiso de distintos pescados sobre una salsa ligera. Por otro lado, aunque las gambas se pescan en varias zonas de la costa mediterránea, las de Palamós destacan por un sabor mucho más dulce.

Es una gamba de color rojiza, con un gusto exquisito pero fuerte y con un aroma inconfundible.

No te puedes ir de la zona sin probar las deliciosas anxoves de l’ Escala. Son filetes semi conservados de anchoas en aceite de oliva o marinados en vinagre.

Podemos además visitar Calella de Palafrugell, otro de los pueblos más emblemáticos de la Costa Brava con las casas blancas de su centro histórico y sus calles estrechas de pasado marinero.

El sendero que va hasta Llafranc está considerado como uno de los Caminos de Ronda de la Costa Brava más bonitos.

En la Costa Brava también hay muchas zonas para practicar submarinismo. Por ejemplo, las Islas Medas.

Es un Parque Natural Nacional Protegido y sus siete islas están situadas delante de la Playa del Estartit. Podrás fondear tu barco y adentrarte en alguna cueva submarina como la de la Vaca, la de la Sardina o en el túnel de la Pedrosa.

También bucear entre barcos hundidos como el Reggio Messina o el Avvenire.

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