El equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH – Conaculta), encontró en el edificio 17 de la zona arqueológica de Tancama (a 12 kilómetros de Jalpan de Serra), un total de 15 entierros con esqueletos humanos completos, que se estima, de manera preliminar, que tienen unos 850 años de antigüedad.

Los restos han sido trasladados al Departamento de Comparativas de Colecciones Arqueológicas del INAH, en Ciudad de México, donde la Doctora en Antropología Física Cristina García Pura, dirigirá la limpieza y el análisis paleopatológico y taxonómico de los huesos para determinar el número de esqueletos completos, edad, género y posibles enfermedades que podrían haber llevado a la muerte a estos individuos.
Por el momento, sólo un esqueleto ha sido identificado como una mujer de unos 40 o 50 años de edad.
El Profesor Jorge Quiroz, espera los resultados de los análisis que determine la fecha exacta de los cuerpos, aunque consideró que dado el sitio donde han sido encontrados, podrían ser del año 1150 d.C., cuando Tancama habría estado despoblada durante al menos dos siglos.
“El caso de los entierros que se han encontrado en el edificio 17, podría estar relacionado con el proceso de resignificación de estos sitios, es decir, que las personas que vivían en otros sitios regresaron a su lugar de origen para depositar a sus muertos en algunas necrópolis. Sin embargo, esta hipótesis sólo puede ser corroborada con estudios adicionales”, explicó Quiroz.
La Doctora Pura añadió que el hallazgo de estos restos óseos se deben sumar a los 64 cráneos de individuos de 18 años o más jóvenes (la mayoría de sexo masculino), que fueron descubiertos en esta misma edificación prehispánica en el año 2001, donde además se encontraron piezas negras tipo cerámica de Zaquil, que habrían sido aparentemente, ofrendas religiosas.
El estudio del material cerámico y óseo permitirá comprender la función del edificio 17 y si se trataba de un lugar para hacer entierros propiciatorios o si se trataba de un espacio de resignificación cuando el sitio ya había sido abandonado.
Imagen: INAH