Científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Instituto de Geociencias (IGEO) han identificado varios gusanos marinos de la era paleozoica, de hace 455 millones de años, en el yacimiento marroquí de la Biota de Tafilalt. Corresponden al nuevo género y especie Anguiscolex africanus y a la nueva especie Wronascolex superstes.
Los gusanos paleoescolécidos no son raros en el Paleozoico, el problema es que el 99,99 % de su registro fósil está compuesto por sus escleritos –placas duras embebidas en la cutícula- aislados, que suelen acumularse en determinadas rocas calcáreas. Es decir, este tipo de gusanos vivían en todos los mares terrestres, pero no se tiene evidencia de sus fósiles más que en una fracción mínima de yacimientos.
Los fósiles de gusano en el yacimiento marroquí estaban articulados y bien conservados en lutitas —rocas de grano fino— y en un contexto ambiental dominado por aguas turbulentas, por lo que el hallazgo, según califica el paleontólogo de la UCM e IGEO Juan Carlos Gutiérrez Marco, es una “sorpresa paleontológica en un contexto geológico para nada favorable”.
La cutícula de estos gusanos marinos, descritos en la revesita Historical Biology, estaba recubierta por microescleritos fosfáticos (de 20 a 100 milésimas de milímetro), dispuestos de manera anular en los sucesivos segmentos, y su conservación se vio favorecida por un enterramiento rápido previa protección bajo velos bacterianos que precipitaron sulfuros de hierro.
Estos dos individuos se unen al hallado hace unos años en ese mismo yacimiento y por el mismo grupo de investigación, el gusano Gamascolex vanroyi.
Gusanos que habitaban cuando Marruecos era “polar”
Otra de las conclusiones que destaca el estudio es el ‘gigantismo’ de los tres gusanos conocidos en la Biota del Tafilalt, cuyo tamaño es de dos a tres veces superior con respecto al registro mundial de paleoescolécidos en Australia, Norteamérica o el centro-oeste de Europa.
“Este hecho podría estar relacionado con causas metabólicas involucradas en el llamado ‘gigantismo polar’, dado que Marruecos se encontraba en el Periodo Ordovícico muy cerca del polo Sur terrestre”, indica Gutiérrez Marco.
Se trata del tercero de estos organismos encontrado en la Biota de Tafilalt, un yacimiento de conservación excepcional donde se mezclan fósiles de grupos con partes duras (trilobites, moluscos, equinodermos), con otros de cuerpo blando a débilmente mineralizado (artrópodos raros, gusanos, discos de paropsonémidos…).
“Tratamos de reconstruir los ecosistemas y organismos del pasado, y los datos obtenidos ayudan en este caso a afinar la correlación geológica de las unidades fosilíferas de Marruecos con otras contemporáneas localizadas en la plataforma marina del desaparecido continente de Gondwana”, destaca el investigador de la UCM.
El hallazgo se enmarca en una investigación continuada del Ordovícico marroquí en relación con proyectos sucesivos del Plan Nacional (Ministerio de Ciencia e Innovación), en los que un par de veces al año se organizan campañas sobre el terreno desértico de 15 días. Además, los investigadores cuentan con una red de colaboradores que localizan fósiles durante todo el año y que se ponen en contacto con ellos cuando algo les llama la atención.
Referencia:
Diego C. García-Bellido y Juan Carlos Gutiérrez-Marco «Polar gigantism and remarkable taxonomic longevity in new palaeoscolecid worms from the Late Ordovician Tafilalt Lagerstätte of Morocco», Historical Biology.