El estudio de los restos de Homo sapiens encontrados en Jebel Irhoud, Marruecos, ha encontrado que tienen una antigüedad de 300.000 años, desplazando no sólo la datación de los Homo sapiens en 100.000 años más, sino que desplaza la cuna de la humanidad al norte de África.
Los equipos de investigadores analizaron e informaron los resultados de los fragmentos de cráneos y huesos de cinco seres humanos antiguos, junto con las herramientas de piedra que utilizaban para cazar animales, en un antiguo campamento prehistórico ubicado en Jebel Irhoud, no lejos de la actual Marrakech.
«Este material representa la raíz misma de nuestra especie, siendo el Homo sapiens más antiguo que se ha encontrado no sólo en África, sino en cualquier lugar del mundo«, explicó Jean-Jacques Hublin, del Instituto Max Planck de Alemania.
«En cuanto al Homo sapiens, aseguramos que la dispersión de la especie es anterior a 300.000 años«, afirmó.
Hasta ahora, los Homo sapiens más antiguos siguen datados en 195.000 años, proveniente de Etiopía, lo que llevó a afirmar que el este de África fue el lugar de la evolución, desde donde nuestra especie surgió antes de propagarse a través de ese continente y más allá.
Los nuevos resultados sugieren que la llamada cuna de la humanidad se encontraría en todo el continente, aunque de momento debemos situarla en el norte de África. Hublin plantea que «mucho antes de la dispersión fuera de África, el Homo sapiens se dispersó dentro del continente«.
Se cree que nuestro linaje se separó de los Neandertales y los Denisovianos hace medio millón de años, pero este nuevo hallazgo pone en duda esa afirmación. Los nuevos datos sugieren que una versión arcaica de nuestra propia especie compartió el mundo con grupos afines como los mencionados.
«Hasta ahora, el Homo sapiens era una especie sin pasado, apareciendo como de la nada en el registro fósil africano hace 200.000 años, y el descubrimiento en Jebel Irhoud cubre un vacío bastante importante sobre su origen«, afirmó María Martinón Torres, investigadora del University College de Londres.
Los restos humanos, incluyendo un cráneo, fueron hallados por primera vez por mineros en 1960, y fueron fechados en 40.000 años, y posteriormente en 160.000 años.
Para este nuevo estudio se utilizaron diversas técnicas como la termoluminiscencia, tecnología puntera que mide la exposición acumulada de los minerales a la radiación del sol, volcanes o fuego humano.
Los investigadores dijeron que el trabajo reveló una imagen bastante más compleja de la evolución de nuestra especie, con diferentes partes de la anatomía cambiando a diferentes ritmos, como por ejemplo, la forma de la cara se determinó casi desde el principio, en tanto que el cráneo redondeado de la actualidad tardó miles de años en evolucionar.
«La historia de nuestra especie en los últimos 300.000 años se basa, sobre todo, en la evolución de nuestro cerebro«, explicó Hublin, lo que encaja con el análisis genético del desarrollo del cerebro realizado hasta ahora en donde vemos una serie de mutaciones en el linaje del humano moderno, que nos diferencia de los Neandertales y los Denisovianos.
Soy socióloga y psicóloga pero lo que más frecuento actualmente son temas de historia del Medio Oriente, Israel, Segunda Guerra Mundial y además política actual