Un estudio realizado por Daniel Adler, profesor de arqueología de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) así como más de una docena de científicos de diferentes universidades de todo el mundo, demuestra que según los análisis de todos los artefactos encontrados en una excavación en Armenia que la innovación tecnológica humana se produjo de forma intermitente a lo largo de la historia en lugar de diseminarse desde un único punto de origen como se pensaba inicialmente.
Este estudio no ha pasado desapercibido para los medios de comunicación especializados y la revista Science ya lo ha publicado, dedicando un amplio reportaje sobre los diferentes artefactos recuperados a las afueras de Ereván, la capital de Armenia.
Estos artefactos fueron encontrados entre dos capas de lava y mediante diferentes procesos se ha datado su edad entre 325.000 y 350.000 años, revelando importantísimos datos dignos de estudio.
Entre los hallazgos se encuentran diferentes herramientas realizadas en piedra y para su fabricación se utilizaron dos tecnologías diferentes, una conocida como método bifacial y otra más avanzada que fue bautizada como tecnología Levallois.
Esta última tecnología se creía que había sido inventada en África, y que con el paso de los siglos se extendió hacia Eurasia gracias a las migraciones humanas, pero al ser descubiertas estas dos tecnologías, se llegó a la conclusión de que las poblaciones locales pudieron llegar a desarrollar la tecnología Levallois por su propia cuenta.
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Así lo confirmó el propio Adler, quien aseguró que hace unos 325.000 años aproximadamente, la gente ya era innovadora y tenía una total capacidad para pensar acerca de nuevas formas de crear herramientas y armas usando diferentes tecnologías en aquellos tiempos.
Otra conclusión importante a la que se llegó después de haber sido analizados químicamente un gran número de artefactos de obsidiana, demuestra que los artefactos de este material encontrados procedían de un yacimiento a más de 100 kilómetros, lo que demuestra que en aquellos tiempos los humanos supieron explotar y aprovechar los recursos naturales de grandes territorios, dejando constancia de la evolución existente en aquel momento.
Ha sido un gran hallazgo arqueológico que demuestra la flexibilidad tecnológica de una población en determinado momento en el tiempo, especialmente en un momento donde se estaban llevando a cabo importantes cambios tanto en el factor biológico como en el comportamiento humano, dejando patente las capacidades humanas para la innovación y adaptabilidad a los recursos del momento y el lugar.