Se descubre que los restos de una momia encontrados en una ciénaga en Laois hace dos años datan del 2000 a.C., lo que les convierte en el cuerpo momificado de este tipo más antiguo del mundo.
Los restos pertenecen a un joven varón de hace 4.000 años, 700 años antes que los del conocido faraón egipcio Tutankamon. Se cree que padeció una muerte violenta debido a un sacrificio. Fue desenterrado en la ciénaga de Cúl na Móna en Cashel en 2011 por un operario de molinos.
En un principio, los expertos pensaron que pertenecía a la Edad de Hierro (500 a.C.- 400 d.C.), Sin embargo, gracias a la datación de radiocarbono y tras encontrar un madero junto al cuerpo, se precisó que los restos datan de la edad de Bronce, (2000 a.C.).
Eamonn Kelly, conservador del Museo Nacional de Irlanda dijo que la última momia hallada en Irlanda pertenece al 1.300 a.C., así que “Cashel man” es más antiguo.
Según Kelly, los restos estaban colocados en posición fetal cubiertos de turba (material orgánico vegetal) provenientes de la ciénaga.
“Su brazo estaba roto, quizás debido a un fuerte golpe y había cortes profundo en su espalda al parecer causados por una hoja afilada, muestra de una muerte violenta”, informa Kellly.
Desafortunadamente, el molino dañó la cabeza, el cuello y el pecho, por lo tanto, es imposible determinar la causa exacta de la muerte. No obstante, Kelly cree que las heridas del cuerpo junto con las marcas de las estacas de madera indican que se trata de una víctima de un sacrificio humano.
“Parece ser el mismo tipo de ritual observado en la Edad de Hierro tardía, lo cual es bastante sorprendente porque en este caso es mucho más antiguo«, afirmó Kelly.
Puesto que las manos y las uñas de otras momias están cuidadas Kelly piensa que eran víctimas pertenecientes a una familia privilegiada. De todos modos, este no es el caso porque no pudieron recuperar sus manos. Según el experto, estas víctimas eran reyes que habían fracasado en su reinado y habían sido sacrificados como castigo.
El museo se mantiene a la espera de resultados científicos de las muestras tomadas al individuo, para descubrir el tipo de alimento que consumió antes de su muerte.
Gracias a la composición química de las ciénagas, es posible mantener un cuerpo en buen estado durante miles de años.