La Armada Invencible, enviada por el monarca español Felipe II para destronar a Isabel I de Inglaterra en la guerra anglo-española de 1585- 1604, contó con «La Ragazzona», una de sus naves, que se hundió en Ferrol y cuyos restos han sido explorados la semana pasada.
En lo profundo del Atlántico siguen existiendo numerosos restos del pasado sin clasificar. En las rías gallegas, uno de los principales focos de la historia, se encuentran gran parte de los navíos que a lo largo de los siglos han ido pereciendo. En la costa de Ferrol, ciudad y municipio español situado al norte de la provincia de La Coruña, «La Ragazzona» hundido el 8 de diciembre de 1588 ha suscitado el interés de un grupo de arqueólogos.
La investigación llevada a cabo por el grupo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela ha dado a conocer la posibilidad de que el navío hubiese sido expoliado debido a la ausencia tanto de elementos cerámicos, artillería o munición, como por la rotura intencionada de algunos materiales.
Se sabe que fue construido con madera asturiana aunque el saqueo que sufrió ha dejado con pocas pistas de lo que fue su vida.
«La Ragazzona» era un mercante de la República Veneciana, alquilado por Felipe II y bajo el mando del capitán Martín de Bertendona, al frente de la Escuadra de Levante. Tras ser vencida logró finalmente navegar hasta la ría de Muros (A Coruña), en la cual levantó velas hacia el puerto coruñés para ser arreglado. El navío estaba altamente dañado e incluso tuvo problemas para conseguir llegar a la ría, por lo que ancló en su entrada muy maltrecho, casi sin velas y con anclas de emergencia. Esa noche, a causa del temporal, cedieron los anclajes y tras navegar a la deriva acabó deteniéndose en la ría de Ferrol.
La expedición ha sido autofinanciada, aunque no desechan la posibilidad de que alguna Administración la apoye económicamente en futuras investigaciones.