Dado que no podemos viajar en el tiempo, no hay mayor placer que visitar resquicios del pasado al tiempo que cierras los ojos y te imaginas colores, olores, gentes, texturas y hasta sonidos. Además de nutrirnos en conocimiento, estos paseos por la historia nos llevan directamente a otro tiempo, a otra época y casi a otro mundo.
Uno de esos lugares que te ofrecen paseos únicos por la historia es la capital de Mallorca, Palma, una tierra por la que han pasado judíos, cristianos y musulmanes. Tres formas diferentes de vivir, tres maneras de entender el arte y tres estilos de arquitectura y gastronomía que dejaron una huella indeleble en la isla y concretamente en Palma.
Dado que fue una época de esplendor en la isla, hoy queremos centrarnos en el bellísimo barrio de Sa Calatrava, el antiguo barrio de Palma. Un lugar formado por callejuelas enrevesadas que dan cabida a construcciones únicas y rincones que bien merecen una foto; y es que Sa Calatrava es -sin duda- uno de los barrios más bonitos de la ciudad.
Delimitado por la zona de Montesión, las calles Sindicato y Foners y por la zona portuaria de Palma, La Calatrava es un barrio a visitar, un barrio en el que recordar la influencia judía, árabe y cristiana de la isla y en la que conocer lugares únicos, así que no dudes en hacer una ruta conociendo todos y cada uno de sus pequeños detalles.
Recorrerlo a primera hora de la mañana es ideal ya que es -precisamente con los primeros rayos de sol- cuando sus calles lucen más bonitas y más auténticas. Con esta luz sin igual podrás recorrer el barrio disfrutando de lugares mágicos como el templo gótico de Sant Francesc, el corazón de la judería, la iglesia barroca de Montsión o el Museo de Mallorca.
Aunque las construcciones de otro tiempo son el plato fuerte de esta ruta, la visita al barrio de Sa Calatrava es también una ruta por una zona comercial totalmente alternativa de la isla. Y es que en sus calles (estrechas, angostas pero siempre encantadoras), son muchas las tiendas que toman base y que apuestan por ese perfil intimista de las calles que “parecen que no están pero que están”.
Desde tiendas pequeñas y minimalistas pero con producto exclusivos, a pequeñas tascas en las que tomar un buen vino mallorquín con una coca de verdura pasando por hornos en los que comprar desde pan moreno (el más rico de la isla) hasta coca de verdura o los míticos llonguets, esos panecillos tan ricos y tan singulares que son únicos de Palma.
El punto y final a la que es una de las rutas más bellas de Palma tiene como protagonista al mar, y es que una vez que recorras al completo el barrio de Sa Calatrava estarás a un paso de la Catedral de Palma y a tiro de piedra del mar. Si quieres disfrutar de una de las mejores vistas de la capital no dudes en echar un vistazo porque merece la pena y mucho.