34 Trabajadores enterrados en la legendaria ciudad de Machu Picchu se estudiaron genéticamente, arrojando un resultado que impresionó a los científicos, ya que no se esperaban con orígenes tan heterogéneo.
Los trabajadores llegaron de varios lugares del imperio incaico y América del Sur, de hecho algunos eran del Amazonas, y casi no hubo resultados de cercanía entre estas personas, lo que demuestra que se llevaron allí individualmente.
Este resultado respalda otros estudios realizados en el imperio inca, como por ejemplo los hallazgos arqueológicos, e incluso las fuentes escritas que hablaron sobre este imperio.