Los primeros caracoles conseguidos al norte de África con epifragma han sido encontrados en Túnez, durante excavaciones en el yacimiento arqueológico de Kef Ezzahi, donde entre los 35 mil restos de conchas hallados, se encontraron 41 caracoles con su concha intacta.
El descubrimiento es notable porque revela una tradición culinaria de estos pobladores, de manera similar a habitantes del norte de Túnez que recolectan una especie similar de caracoles con epifragma para comerlos.
Se trata de una práctica culinaria particular debido a que existen otras especies de caracoles más fáciles y disponibles, además de que el mismo epifragma conlleva un proceso particular para que no se pierda.
Se deben recolectar en el momento adecuado que por lo general es en los meses de verano, utilizando herramientas especiales y acarreando un largo trabajo, para obtener un número de caracoles considerable: aproximadamente un kilo diario.
Lo más probable es que existiera una cadena de aprendizaje de generación en generación, que enseñaban todo lo referente a la recolección, cocción y preservación de los caracoles con su epifragma.