Los hallazgos respaldan la hipótesis de que la vida en la Tierra pudo originarse como resultado del bombardeo de asteroides y cometas durante el período Hadeico.
Un grupo internacional de científicos dirigido por el geólogo David Kring, del Instituto Lunar y Planetario de Houston (Texas, EE.UU.), ha encontrado pruebas de que el sistema hidrotermal del cráter de Chicxulub, donde hace 65 millones de años cayó el devastador meteorito que extinguió a los dinosaurios, albergó un ecosistema subterráneo.
Este hallazgo, descrito en un reciente estudio publicado en la revista Astrobiology, respalda la denominada ‘hipótesis del origen de la vida mediante impacto’, según la cual, algunos de los asteroides y cometas que bombardearon la Tierra durante el período Hadeico, hace unos 4.000 millones de años, produjeron vastos sistemas hidrotermales subterráneos que eran hábitats potenciales para la evolución temprana de la vida.
Considerada como la estructura de impacto mejor conservada de la Tierra, el cráter de Chicxulub, al noroeste de la península mexicana de Yucatán, permite a los científicos entender mejor aquel período remoto en el que la caída de cometas y asteroides era un fenómeno común.
Algunos de ellos formaron cráteres de miles de kilómetros de diámetro, llegando los impactos más potentes a evaporar ocasionalmente los océanos, envolviendo el planeta en vapor. Por todo ello se cree que en ese período no había vida en la superficie de la Tierra. Son embargo, ¿podría haber proliferado en los sistemas de fluidos hidrotermales subterráneos bajo los cráteres?
Dos décadas de investigaciones
Durante una expedición científica al cráter de Chicxulub, los investigadores extrajeron de su fondo unos 15.000 kilogramos de roca en los que detectaron pequeñas esferas minerales de pirita, llamadas framboides.
El análisis de los isótopos de azufre en el mineral mostró que las esferas de pirita estaban formadas por colonias de microorganismos termofílicos que se alimentaban de las reacciones químicas que ocurrían en la roca debido al sistema hidrotermal generado por el impacto.
Estos microbios subterráneos aprovecharon el sulfato presente en los fluidos hidrotermales que fluían a través de la roca, convirtiéndose en sulfuro, que se conservó como pirita.
Según un comunicado publicado este viernes en el sitio web del Instituto Lunar y Planetario estadounidense, «la búsqueda de esa evidencia ha llevado veinte años, desde que se postuló por primera vez un vínculo entre Chicxulub […] y el origen de la vida en la Tierra«. Durante esas dos décadas, los científicos probaron que el cráter de Chicxulub tenía un ambiente subterráneo que albergaba «un vasto sistema hidrotermal que persistió durante cientos de miles, si no millones de años».
Finalmente, los científicos también han podido demostrar que ese sistema hidrotermal soportó todo un ecosistema microbiano.
«El nuevo hallazgo es un hito importante y sugiere que los sitios de impacto durante el Hadeico podrían haber albergado sistemas similares que proporcionaron nichos para la evolución temprana de la vida en nuestro planeta», indican los autores del estudio.
Por otro lado, los científicos señalan que todavía deben llevarse a cabo más estudios para reforzar la hipótesis del origen de la vida mediante impacto, incluyendo más evidencia fósil y una mejor comprensión de las posibles fuentes de energía para los organismos en la corteza granítica durante el Hadeico.