Cuando en la región del Lago Turkana fueron hallados los primeros restos de este homínido, se pensó en primera instancia, que podían pertenecer al Homo habilis, opinión que aún se conversa en la actualidad.
Sin embargo, algunas características de esta especie nos hacen ver que puede tratarse de un homínido del género Homo distinta.
Su nombre rudolfensis lo adquiere del lago Turkana, que en tiempos coloniales era conocido como lago Rodolfo, el cual ha sido la cuna de numerosos hallazgos que han ayudado a esclarecer numerosos aspectos de la evolución homínida y de los ancestros humanos.
El Homo rudolfensis habitaba la región del continente africano hace aproximadamente 1,9 millones de años, conociéndose que en aquel entonces, tres géneros de Homos vivían en estas regiones: el habilis, rudolfensis y ergaster, además de otras especies homínidas como el Paranthropus boisei o el Australophitecus sediba, demostrando que en aquella época tan remota para el género humano no existía una línea evolutiva definitoria y varias especies homínidas vivían en territorios similares, lo que pudo desembocar en algunas luchas por los recursos.
Características del Homo rudolfensis
La polémica suscitada entre los estudiosos de si rudolfensis pertenecía a habilis o no, proviene de varias similitudes que se pueden observar entre ambos especímenes. Sin embargo, hay diferencias marcadas que saltan a la vista, por ejemplo, la capacidad craneal de rudolfensis es superior a habilis notablemente. Mientras que habilis podía llegar a un aproximado de 600 cm2, el rudolfensis podía adquirir entre los 500 de habilis hasta los 750 cm2.
No es el punto anterior la única diferencia marcada entre estas dos especies, el Homo rudolfensis posee además la característica de presentar una cara más aplanada, en contraste al que se considera el primer creador de herramientas del género Homo.
La dentadura de ambos también se diferencia ya que los Homo rudolfensis cuentan con unos dientes post caninos más amplios que habilis, un esmalte bucal de mayor grosor y raíces dentales de mayor complejidad, lo que denota una evolución diferente entre ambas especies.
La capacidad craneal de este homínido pudo haber crecido gracias a la ingesta de carne que mantenían sus antepasados, Es probable que el uso de herramientas líticas encontradas en varios yacimientos donde se han encontrado restos del rudolfensis, sirvieran para cazar animales, cortar su piel y huesos y sacar el tuétano, ya que se conoce que esta especie gustaba mucho de comer esta parte de la anatomía animal.
Se conoce de igual forma que eran una especie social ya que, al igual que los Homo habilis, las crías del rudolfensis también necesitaban de cuidados especiales y tenían nacimientos prematuros, por lo que las mismas características de cuidado entre las especies y para el desarrollo de las crías, caza y uso de herramientas, demuestran una alta sociabilidad para aumentar sus posibilidades de supervivencia en un ambiente difícil con muchos peligros.
A pesar de que son necesarios más estudios, muchos investigadores han señalado que probablemente la especie de Homo rudolfensis, pudieran dar pie al Homo ergaster, emparentándolos incluso con otra especie anterior que pudo servir de génesis de ambas especies.
Sin embargo, son necesarios mayores estudios para llegar a un consenso en esta conclusión.