El que pareciera ser el último eslabón de toda la cadena de homínidos que se han encontrado en el mundo es el Homo sapiens, que somos los humanos modernos, quienes luego de la existencia de numerosas especies homínidas, somos los que hemos sobrevivido como la única especie homínida de la Tierra.
Hasta no hace mucho tiempo se utilizaba una categoría compuesta de tres nombres para especificar a los humanos modernos denominada Homo sapiens sapiens. Pero, luego de haberse descubierto el nexo genético entre nuestra especie y los neandertales, esta categoría de tres nombres cayó en desuso.
Sin embargo, luego de la aparición del Homo sapiens Idaltu, que podría catalogarse como una subespecie del Homo sapiens, quizás sea necesario volver a utilizar el Homo sapiens sapiens para tratar nuestra especie.
Origen e historia del Homo sapiens
El nombre científico de nuestra especie hace referencia a nuestra capacidad racional, significando sapiens la sabiduría. Esto se debe, entre otros aspectos, a nuestra capacidad craneal, la cual se encuentra entre los 1.200 a 1.800 cm3 aproximadamente, con lo que hemos podido dar un salto en inteligencia y cultura en comparación con todas las demás especies homínidas.
Al estudiar los homínidos en general, podemos darnos cuenta que no existe entre ellos una línea evolutiva que a través del tiempo y los espacios explique la llegada del Homo sapiens moderno. Por el contrario, el árbol genealógico de nuestra especie posee numerosas ramas que necesitan mayor explicación.
En este sentido, no existe un consenso sobre el lugar y momento en que apareció por primera vez nuestra especie. Durante mucho tiempo se ha creído que la rama de la que salieron los seres humanos modernos viene del Homo rhodesiensis, explicando a su vez que los humanos modernos procedemos del sur de África, desde donde salimos a colonizar el planeta.
Esta teoría tiene y ha tenido sentido durante mucho tiempo, ya que se han encontrado varios fósiles que han avalado esta cuestión. Incluso, en el año 2019, un grupo de investigadores descubrió unos huesos de Homo sapiens al sur del rio Zambeze, entre Botsuana, Namibia y Zimbawe, con 200.000 años de antigüedad.
Sin embargo, como en toda la historia del árbol genealógico homínido, en el año 2020 se realizó un descubrimiento que lo cambió todo.
Fue en cuevas ubicadas al norte de Marruecos, a escasos cien kilómetros al oeste de Marrakesh, una de las ciudades más importantes de este país, donde un grupo de científicos del Instituto Max Planck encontraron los huesos y herramientas líticas más antiguas que se han podido atribuir al género Homo sapiens con una antigüedad de 350.000 años aproximadamente.
Este descubrimiento hará que se repiensen y reescriban los libros de nuestro origen humano hasta que no se encuentren nuevos hallazgos al sur de África para avalar la hipótesis que se tenía hasta entonces, ya que desde los descubrimientos de huesos de Homo sapiens, junto a los hallazgos atribuidos a nuestra especie desde Sudáfrica y otros países al sur del continente, no se ha encontrado aún algún fósil que supere la edad de los huesos y herramientas de Marruecos.