Características principales del arte fenicio

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Aunque los fenicios sean una de las civilizaciones menos conocidas; no en tanto la historia muestre mucho más a culturas como los egipcios, los persas o los griegos, los fenicios fueron quienes dominarían los mares durante varios siglos.

Además, nos ha dejado un verdadero legado de gran importancia como el alfabeto, así como también una importante obra artística y cultural.

Orígenes del arte fenicio

Los orígenes del arte fenicio surgen de una cultura desarrollada entre los siglos XIX y IV a.C. la cual se exportó por toda Mesopotamia y hacia el antiguo Mediterráneo.

El trabajo que más destaca de ellos fue por sus objetos de pequeños tamaños que funcionaban, principalmente, como decorativos.

Los fenicios absorbieron gran influencia de las vecinas culturas para el desarrollo de su arte, en el que combinaron de formas bastante audaces tales elementos hasta producir un patrimonio artístico completamente propio. Se han hallado cuencos de metal, así como coloridas y finas cristalerías.

Antiguo fragmento de escritura fenicia. Los fenicios crearon el alfabeto. Crédito: Depositphotos.

Asimismo, desarrollaron diversos paneles tallados en marfil siendo al menos, algunas de las piezas que han sobrevivido con el pasar de los siglos. A pesar de que haya sido una de las culturas más olvidadas de la historia, su riqueza es inigualable.

Características del arte fenicio

La capacidad que tenían los fenicios para amalgamar y asimilar de una manera única, manteniendo diversas influencias es lo que más los caracteriza.

Tal influencia fue tomada principalmente de los asirios y neohititas, tanto como de los egipcios y egeos; teniendo, además, una forma bastante peculiar en la que realizaron la difusión de sus obras por todo el Mediterráneo.

«La Dama de la Ventana», uno de los trabajos en marfil más famosos de los fenicios. Crédito: Dominio Público.

Fue a partir de un centro del poblado hallado en un puerto marítimo, todo el entorno en el que se desarrollaron los fenicios. Asimismo, se encontraron bordeados de murallas con puertas ejercidas peculiarmente con arcos.

En su entorno contaban con la disposición del resto de las viviendas, así como los respectivos locales comerciales e industriales y todos las construcciones culturales con las que contaron.

La necrópolis en sí misma, se ubicaba fuera de esta zona.

La arquitectura fenicia

Es de mucha importancia considerar que han sido escasos los restos arqueológicos encontrados en relación a la arquitectura fenicia, así como de su producción artística en general.

En este sentido tenemos que apegarnos a lo que sí se descubrió, al menos hasta ahora, sin tentar peligrosamente a realizar alguna afirmación que se escape de la realidad.

Hasta ahora, se considera que los fenicios eran modestos con la decoración, tanto dentro como fuera de sus construcciones arquitectónicas, empleando básicamente piedra caliza y barro para la ejecución de los ladrillos que sirvieron para levantar sus construcciones, en especial los altos muros fortificados en las que, además, se agregaron puertas y torres cuadradas.

Santuario fenicio de Amrit. Crédito: Gruppo Archeologico Romano.

Se representa, la arquitectura fenicia, inicialmente por sus grandes templos cuyas fachadas se levantaron con dobles columnas llevadas por una pequeña escalera hacia el espacio que, para ellos, era sagrado y que a su vez se encontraba cerrado en forma de cubo, pero con la fachada abierta como santuario.

De igual manera, también se construyeron puertos artificiales así como represas.

El Tofeto y las tumbas

También llamado tophet, fue un altar te tumbas y de sacrificios para los restos que serían los cremados de las víctimas. Aunque no existan vestigios arqueológicos de la existencia de éstos en Fenicia, sí hay referencias de antiguas fuentes, las cuales han supuesto la existencia de éstas en diversas ciudades.

Una de las malas reputaciones que se ganaron los fenicios se produjo por los diversos sacrificios infantiles que realizaron, así como el sacrificio de animales, aunque también ofrecían alimentos. Existían algunas columnas que realizaban tanto en piedra como en madera, lo que funcionaba como altares para los sacrificios.

Sarcófago fenicio, Museo Nacional de Beirut. Crédito: Depositphotos

Existía una especie de urna donde colocaban las cenizas de los sacrificados. Sobre éstas, se instalaban piedras para sellarlas y poderlas situar dentro del tophet.

Sin embargo, también se plantaban dentro de pozos o en tumbas dromos que eran construidos sobre un pequeño montículo al que solo se lograba acceder a través de escalones para descender.

Los fenicios no solían decorar estas tumbas de pozos, aunque su profundidad sí podía constar de varios metros a las que sí se les podía acceder a través de un corredor vertical.

La tumba de Ahiram ubicada en Byblos es un claro ejemplo de ello, cuya entrada es un pozo; tal contenido es de una cámara y una galería específica para un sarcófago.

Fortificaciones y puertos

Los fenicios también ejecutaron construcciones tales como puentes y grandes represas. En cada una de estas construcciones los materiales más empleados fueron bloques grandes de piedra, cuyos restos aún pueden encontrarse en algunos lugares tales como Aradus, Sidón y Tiro.

Muralla fenicia en Batroun, Líbano. Crédito: Depositphotos.

Los arquitectos fenicios también desarrollaron la construcción de puertos artificiales empleados principalmente  para el comercio marítimo que realizaban. Estos fueron construidos en rectangulares muelles que eran tallados en rocas. En Cartago se pueden apreciar algunos ejemplos de ello.

En las excavaciones realizadas en Biblos revelaron algunas murallas que fueron esparcidas por diversas puertas y torres. Tales paredes se construyeron con superestructuras hechas de adobe y piedra.

Asimismo, se hallaron puertas en forma de corredor que les llevaba directo al mar. En éstas, se empleaban rampas con formas escalonadas.

Algunas similares, gracias a las excavaciones realizadas, se encuentran en pequeña escala en Tel Kabri, y en una escala mayor, en Beirut.

Viviendas urbanas fenicias

Aunque sean pocas las viviendas urbanas que han sobrevivido al paso del tiempo, se ha podido determinar que las casas tenían formas rectangulares con esquinas redondeadas, así como otras con formas ovales.

Existieron, también, edificios de gran magnitud rectangulares, pero diseminados por la estrechez de las calles de la ciudad hacia la Edad del Bronce Medio.

Reconstrucción en 3D de una casa fortificada fenicia. Crédito: Dorindavidaurel en Wikimedia.

Una de las particularidades de estas construcciones es que no poseían partición con paredes en su interior. Asimismo, supone formas de botellas para algunos edificios.

Otros, en cambio, de menor tamaño, se encontraban cubiertos de pavimento a base de piedra caliza con particulares canales de piedras debajo para ayudar al drenaje de las aguas.

También construyeron dentro de estas viviendas piedras de basalto para lograr moler el maíz, así como hornos.

Para el levantamiento de estos edificios se emplearon tanto ladrillos hechos con barro cuyo apoyo era el empleo de diversas piedras, como madera tales como el roble, el olivo y la fresa; así como también piedras talladas.

La planificación urbana es casi inexistente a pesar de ello, o al menos es poca la evidencia que se tiene al respecto. Es la topografía fenicia local la que dicta la orientación de todos los edificios.

La escultura fenicia

Así como la pintura, la escultura fenicia fue muy escasa, especialmente al considerar que las piedras ideales para una buena escultura había que importarlas, siendo esta la razón por la que no existiera en gran magnitud para esta cultura.

Sin embargo, contamos con piezas notables como el torso de Sarafand (Sarepta) del siglo VI a.C.

Esta escultura forma parte de la representación de un hombre con falda y cinturón, así como con un colgante de luna creciente.

Trono de Astarté en el templo de Eshmún. Crédito: Dominio Público.

Otras obras fueron los relieves, tal como el santuario de Sidón, cuya representación podría decirse ser una copia ejecutada por quienes serían los últimos escultores propiamente cartaginenses.

Este se constituye por dos esfinges coronadas, esto supone ser un disco solar alado.

Siendo este de los más populares desarrollos escultóricos de los fenicios, especialmente con esfinges y palmeras que formaban parte de la decoración; así como los motivos con columnas y discos solares alados.

También existieron algunas esculturas que eran pintadas con brillantes colores, aunque no era esto usual en esta cultura, la preferencia característica de éstos se centraba en los detalles del tallado en piedra.

Sarcófago de piedra del rey Ahiram

Sarcófago de Ahiram, Museo Nacional de Beirut. Crédito: Depositphotos.

Una de las esculturas que podremos resaltar más de los fenicios es el sarcófago de piedra BCE del rey Ahiram del siglo XIII-XII ubicada en Byblos.

Tal ataúd de forma rectangular se encuentra rodeado por lo que supone ser un friso lleno de capullos de flores de loto.

Además, el sarcófago posee leones sujetados y que además resaltan en cada una de las esquinas de su base. Asimismo, contiene diversas escenas  tales como las de una figura sentada, así como de una procesión que sobresale en relieve. Quizás se trate del mismo rey y las mujeres en un posible duelo.

Estatuillas femeninas y masculinas

Estatuilla fenicia representando al dios Reshef. Crédito: Biblioteca Nacional de Beirut.

Aunque sean pocas las esculturas, ubicando una variedad entre estatuillas de tamaños pequeños, son las de representaciones femeninas que sobresalen, las cuales, en general, suelen llevar túnica.

Mientras que las masculinas habitualmente poseen un sombrero cónico manteniendo uno de sus brazos levantados.

Considerando, además, que algunas de ellas, especialmente las encontradas en el Templo de los Obeliscos en Byblos, se encuentran cubiertas de pan de oro.

El trabajo en vidrio de los fenicios

Para muchos la ejecución de este tipo de trabajos, en la actualidad, se le considera como artes menores o simple artesanía.

Pero al considerar el gran trabajo desarrollados por esta cultura en el manejo del vidrio, no podemos dejarla pasar como si no hubiera existido.

Como toda cultura antigua, el desarrollo tanto arquitectónico como artístico, lo han desarrollado a partir de los materiales que han solido tener a mano (aunque existan excepciones).

Vaso de vidrio fenicio, I Milenio a.C. Crédito: Sailko en Wikimedia.

Una de las razones fundamentales para los fenicios es que estos eran grandes exportadores de vidrio.

En el caso de los fenicios, se les atribuye un gran desarrollo artístico en torno al vidrio gracias a las técnicas adquiridas de los egipcios, aunque con grandes mejorías en la que destacaron, especialmente al crear una fina transparencia en ellas.

Sin embargo, la mayoría de los artistas que la trabajaron, preferían desarrollar el trabajo en vidrio pero a color opaco que con esta transparencia.

Este estilo de vidrio a color les creaba cierta apariencia similar a la cerámica con la que produjeron diversas piezas de cuencos, jarras y botellas principalmente.

Gracias a este trabajo en color, se le puede considerar el mayor trabajo en pintura desarrollada por los fenicios, ya que como otras culturas, no solían decorar ni los interiores ni exteriores de las construcciones arquitectónicas.

Las formas más comunes que desarrollaron en sus piezas de vidrio fueron las ánforas y la de alabastron, aunque en tamaños miniatura empleados primordialmente para perfumes.

Dentro de la variedad de formas que le realizaron con los colores destacó la de rayas azules –así como de cobalto y cobre- con amarillos creando zig-zags en muchas piezas.

La pintura fenicia

No se sabe con exactitud si los fenicios hicieron poco uso de la pintura, o solo se debe a la escasa cantidad de piezas que han sobrevivido ocultas en tumbas. Lo poco que ha sobrevivido corresponde en gran medida a la decoración de tumbas de época helénica.

Tampoco son los testimonios existentes de la gente del mar (como eran conocidos los fenicios por culturas antiguas ‘contemporáneas’) y que nos hayan podido dejar algunas huellas de lo que fue su obra plástica.

Sin embargo, lo que sí es un hecho, es que hayan tomado ciertas influencias de otras culturas tales como de los egipcios, los persas, griegos, estruscos y asirios, esto considerando que solían comercializar con cada uno de ellos.

Jarra fenicia pintada. Crédito: Oren Rozen – Own work, CC BY-SA 4.0.

En algunas tumbas se hallaron muestras de pintura funeraria de estelas, así como pinturas murales realizadas con tonos policromados en ciertos casos o con la simplicidad de solo dos tonos, el azul y el rojo.

Podían representar algunos pasajes tanto sociales como religiosos de sus vidas, e incluso de su rutina diaria, como la comercialización.

Existió también la representación de figuras de la naturaleza a modo figurativo. Estuvieron figuras contorneadas con colores en su interior, aunque también algunas donde no empleaban contornos.

Es importante recalcar que la pintura fenicia no era destinada precisamente a los muros de los templos tal como la egipcia, así como tampoco con la delicadeza de los griegos para la decoración de las viviendas.

Sí la usaron eventualmente para algunas esculturas solo para marcar algunos detalles tal como la barba o el pelo, que solían ser pintados de rojo. También para la pupila del ojo, o un detalle en el borde de la túnica de color azul o rojo.

Así como la ejecución de sus diversos frascos de vidrio con el empleo del color, también destacaron en pintura principalmente en las vasijas realizadas en alabastro, arcilla o terracota, aunque no fue el objetivo desarrollar figuras humanas o de animales.

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