Los cocodrilos que habitaban en las costas del norte de África durante el Mioceno tardío se embarcaron a cruzar lo que ahora es la cuenca mediterránea hasta llegar a Europa. Así lo confirma el análisis de los primeros fósiles del género Crocodylus de la península ibérica, hallados en el yacimiento valenciano de Venta del Moro entre 1995 y 2006, y que son descritos ahora por primera vez.
Hace millones de años en Europa habitaron varias especies de cocodrilos de diferentes géneros y características que en ocasiones llegaron a coexistir. Pero entre todas estas especies, se creía improbable que los cocodrilos del género Crocodylus, de origen africano, hubieran vivido en algún momento en la cuenca mediterránea. Los restos encontrados en las regiones italianas de Gargano, Toscana y Scontrone durante las últimas décadas confirman que sí lo hicieron.
Ahora, un estudio publicado en el Journal of Paleontology lo corrobora con los fósiles de dos cocodrilos de unos tres metros de longitud descubiertos en el yacimiento valenciano de Venta del Moro –excavado por investigadores de la Universidad de Valencia entre 1995 y 2006–, y que se asignaron en su momento a la especie Crocodylus checchiai. El nuevo trabajo describe por primera vez los restos más de 14 años después de ser encontrados.
“Nuestras comparaciones indican que este material claramente no pertenece a los géneros Diplocynodon –un género extinto de aligatoroideo, parecido a los caimanes actuales– o Tomistoma –similar a los gaviales–, los únicos otros dos crocodilianos descritos hasta ahora para el Mioceno tardío europeo”, explica Ángel Hernández Luján, paleontólogo en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y coautor del trabajo.
Sin embargo, al tratarse de restos demasiado fragmentados, el análisis de los huesos craneales, dientes aislados y osteodermos (placa ósea de la piel) sugiere que podrían pertenecer a la especie C. checchiai, como fue asignada en el momento de su hallazgo, pero todavía sigue sin estar del todo clara su taxonomía e impide una identificación específica más precisa. En cualquier caso, “la morfología de los restos de cocodrilo de Venta del Moro sí es congruente con el género Crocodylus”, asegura el investigador.
De África a Europa a nado
Los restos fósiles de este yacimiento valenciano, que son los primeros de Crocodylus de la península ibérica, apoyan “inequívocamente” la dispersión no ocasional de este género desde África hasta Europa durante el Mioceno tardío, según los paleontólogos. El hallazgo de dos individuos parciales, en lugar de uno solo, podría indicar que toda una población estuvo presente en esta zona.
En su “colonización”, estos reptiles se extendieron más especialmente por las zonas del sur de la Europa mediterránea, como sugieren las áreas italianas y españolas donde se han encontrados los fósiles. “Todas las localidades europeas con crocodilianos del Mioceno tardío, incluido Venta del Moro, se encontraban en ese momento cerca de la costa norte del Mediterráneo y, por lo tanto, fácilmente accesibles por ejemplares que se dispersaban por el agua de mar”, subrayan los autores en el estudio.
“Lo más seguro es que habría habitado también las costas de Murcia y Andalucía, aunque no podemos descartar que también se hubiera dispersado por el litoral de Cataluña e Islas Baleares”, apunta Hernández Luján. Pero ¿cómo pudieron llegar hasta allí desde las costas africanas?
La hipótesis de los investigadores es que estos cocodrilos nadaron por el mar de un continente a otro antes de que se estableciera una conexión terrestre entre África y Europa. Esta idea la respaldarían el comportamiento de los cocodrilos modernos, que son buenos nadadores y que pueden incluso alcanzar los 32 km/h en el agua.
Ejemplo de ello es el actual cocodrilo de agua salada (Crocodylus porosus), que puede hacer grandes incursiones en mar abierto para colonizar otras islas u otros continentes entre Oceanía y el sudeste asiático. “Solo hay que ver con qué facilidad se mueve en mar abierto llegando a ser visto en aguas de las Islas Salomón o incluso en la Polinesia Francesa”, afirma el paleontólogo.
Pero existen más ejemplos que refuerzan esta hipótesis. Por la similitud anatómica con los cocodrilos americanos, la especie extinta Crocodylus checchiai, procedente de Libia y Kenia, pudo ser su antepasado. Esto sugiere que los cocodrilos pudieron cruzar el océano Atlántico durante el Mioceno, lo que explicaría la aparición del género en América.
Por lo tanto, en el caso de los ejemplares hallados en Venta del Moro, nadar entre los continentes africano y europeo “no les debió de suponer un gran esfuerzo hasta alcanzar la Península”, concluye el investigador.
Bibliografía:
Massimo Delfino et al. “Late Miocene remains from Venta del Moro (Iberian Peninsula) provide further insights on the dispersal of crocodiles across the late Miocene Tethys” Journal of Paleontology agosto de 2020
Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.