Un equipo arqueológico eslovaco-polaco, logró realizar un hallazgo extraordinario en el pueblo de Hatalov, al este de Eslovaquia, en la localidad de Ridziny.
Mientras investigaban los montículos, descubrieron los restos esqueléticos muy bien conservados de un joven de entre 16 y 18 años, quien, según los arqueólogos, era miembro de la población indoeuropea más antigua de la cultura de las Tumbas de Fosa, del período comprendido entre 3300 y 2600 a.C.
La investigación en Hatalov presentó la primera prueba indiscutible de la presencia de estas personas en el territorio de lo que hoy es Eslovaquia.
Según informó Katarína Gáliková del Departamento de Comunicación y Medios de la Oficina de la Academia Eslovaca de Ciencias (SAV), expertos del Instituto de Arqueología de la Academia Eslovaca de Ciencias, en cooperación con colegas de la Academia Polaca de Ciencias, están investigando las influencias de las estepas en la región de los Cárpatos en el tercer milenio a.C. desde 2021.
Montículo funerario y restos esqueléticos encontrados
Los arqueólogos se centraron en varios montículos de cairn previamente caracterizados en el paisaje de la Východoslovenská nížina (llanura del este de Eslovaquia) y han examinado cinco de ellos hasta ahora.
La investigación del montículo cerca de Hatalov comenzó este año, mientras que el trabajo de excavación fue precedido por una prospección geofísica no destructiva, que confirmó el origen antropogénico del montículo y especificó sus parámetros.
«El montículo originalmente tenía un diámetro de 22 metros, estaba delimitado por un canal de hasta cuatro metros de ancho, y en su centro había una fosa funeraria. Además de los restos esqueléticos, encontramos una estructura de madera carbonizada en las proximidades de la tumba y parcialmente en su relleno, cuyo propósito era cubrir la fosa funeraria», dijo Eva Horváthová, del Instituto de Arqueología de la Academia Eslovaca de Ciencias.