Cerca de la ciudad de Narbona en Francia, un equipo arqueológico ha desenterrado en un antiguo cementerio un total de 1.430 tumbas de la era romana, donde los investigadores evidenciaron los restos de una fiesta funeraria en la que se celebró un banquete con familiares fallecidos.
Los restos encontrados en el sitio poseen una datación que abarca desde el siglo I al III d.C., determinando los investigadores que tanto adultos como niños tenían diferentes métodos de enterramiento.
En el caso de los adultos, eran incinerados en su mayoría pero cuando eran enterrados se procuraba colocarles en ataúdes de madera. Por su parte, cuando el entierro pertenecía a un niño, los investigadores se percataron que les colocaban en pequeñas cajas rudimentarias, las cuales luego cerraban con una caja.
Se dice que hubo un banquete con los familiares fallecidos, ya que se descubrieron restos de comida carbonizada como dátiles, higos, pan, entre otros, que los familiares incineraron en un compartir simbólico de la comida con los fallecidos.
El festival debió realizarse en el mes de febrero cuando se festejaban la Parentalia, que duraba nueve días y en el último de ellos, se hacía una comida en los cementerios para honrar a los familiares fallecidos.