Investigadores del Instituto Max Planck han sometido a análisis genéticos 33 individuos de 5 sitios arqueológicos diferentes, con el fin de conocer acerca de sus relaciones familiares, encontrando hallazgos muy interesantes sobre su ascendencia y las conexiones entre ellos.
Los estudios de ADN incluyeron el análisis de bloques idénticos por descenso, lo que ayudó a conocer sobre el parentesco asociado a las prácticas funerarias encontradas en el lugar.
Los habitantes de la cultura Log Coffin acostumbraron enterrar a sus muertos, en ataúdes de madera de gran tamaño en lugares rocosos.
En este sentido, el estudio arrojó una ascendencia de dos tipos, la primera: les vincula con el valle del río Yangtze, y la segunda: les relaciona el valle del río Amarillo, lo que les conecta a su vez con redes migratorias aceptadas para la época, además de relacionarse estos lugares con sus prácticas funerarias.
Por otro lado, el estudio determinó que las personas enterradas tenían vínculos muy cercanos, como padres e hijos.