Desde que en noviembre de 2007 finalizara el período de dos semanas de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de púrpura de la Xanga, en sa Sal Rossa (Ibiza), no se ha podido reanudar los trabajos, encontrándose el sitio literalmente «en reposo» y expuesto a la erosión natural y humana.
La directora del proyecto Carmen Alfaro Giner, profesora titular de Historia Antigua de la Universitat de València, ha advertido del «avance» en la degradación que ha supuesto para el lugar el haber estado desprotegido desde hace seis años. Se trata de un antiguo montículo de restos de hace unos 20 siglos de antigüedad, que contiene restos del caracol murex del que se extraía una glándula para fabricar el valioso y de elevado precio tinte púrpura, símbolo de la nobleza y la realeza en la época romana.
No sólo las inclemencias climáticas y atmosféricas hacen peligrar el lugar, sino también su propia condición al encontrarse en pendiente y poder sufrir desbordamientos, además del factor humano. Apenas un plástico negro delimita la zona, y es la única advertencia de que allí se acumulan siglos de pasado histórico, por supuesto una medida mucho más que insuficiente para los encargados del proyecto.
La campaña se extendió en 2007 entre los días 11 al 27 de noviembre y los resultados pretendían acompañarse con un estudio sobre la fabricación y el comercio de lana en la Ibiza romana. Sin embargo, la crisis dejó ver sus efectos y en 2008 no se consiguió la prórroga que se pedía para continuar las labores arqueológicas.
Otro de los directores, Banjamín Costa, conservador del Museo Arqueológico de Ibiza, redactó un informe preliminar en el que aseguraba que la corta campaña ni siquiera había conseguido pasar la fase inicial y donde advertía el peligro al que estaba expuesto el yacimiento:
«[…] Antes de que avance más la degradación, que es bastante importante, tanto por los efectos de la erosión natural, acentuada por encontrarse en pendiente, como por el continuo paso de personas y como por las obras de construcción de nuevas casetas varadero o la remodelación de las existentes»
A pesar de esto, Costa afirma que el proyecto de investigación continúa y que no es del todo necesaria una intervención extensa en el yacimiento para conseguir los datos necesarios sobre la fabricación de púrpura que complementen dicho estudio. Así mismo, entiende que la situación de crisis económica es un agravante que requiere mantener el sitio en su estado de «reposo»:
«Es un yacimiento muy interesante pero en esta situación de crisis entendemos que más vale dejarlo en reposo. Es mejor así que ir a trancas y barrancas. Hay que hacerlo en condiciones óptimas, en las que se debería trabajar hoy en día»
Con todo, se está solicitando al Consell de Ibiza que tome cartas en el asunto, para evitar que tanto los agentes naturales como el paso de las personas terminen con la destrucción del yacimiento. Joan Ramon, arqueólogo y técnico de Patrimonio de Ibiza ha declarado que «La Xanga es un espacio de interés, tanto etnológico como arqueológico», pero que al encontrarse en una zona en las que se construyen casetas varadero es necesario conjugar la protección de la Xanga con el uso que actualmente tiene el territorio.