El comerciante y buscador de piezas artÃsticas Phillip Mould se encontraba investigando por las salas de venta de la galerÃa Thomas Cornell en Patchogue (Estados Unidos) el pasado noviembre, cuando encontró un arrebatador retrato de lo que parecÃa ser una mujer con aspecto varonil. El lienzo rezaba: âRetrato de una mujer con una pluma en el sombreroâ y se le atribuÃa al pintor Gilbert Stuart, quien es famoso por haber retratado a George Washington en la obra que acabó por transferirse a los dólares.

Mould pensó que habrÃa algo más detrás de ese cuadro, por lo que lo adquirió en la subasta y lo llevó de vuelta a su galerÃa en Londres para investigar más sobre él. Una limpieza a fondo reveló la fecha y firma del autor original de la obra: âThomas Stewart, 1792â. Se trata de un pintor inglés del siglo XVIII del que no se sabe mucho hoy en dÃa, pero que a partir de 1780 se hizo famoso por pintar retratos de actores.
Estudios documentales revelan que la errónea atribución de la autorÃa a Gilbert Stuart viene desde hace tiempo. En 1926, el catálogo de Lawrence Park incluÃa una pintura que respondÃa a la misma descripción que el cuadro adquirido por Mould. El propietario original de la obra fue el segundo conde de Moira, Francis Hastings Rawdon, quien coleccionaba cosas exóticas. A partir de su viaje a través del Atlántico, se pierde la pista del cuadro.
La limpieza también sacó a la luz otro detalle: una notable sombra procedente de la nariz de la cara de la dama, muy similar a cierto cuadro que se decÃa que tenÃa el conde de Moira del Chevalier dâEon. Esto demostrarÃa que el que aparece en el cuadro no es otro que Charles Genevieve Louis Auguste André Timothée DâEon de Beaumont, también conocido como âChevalier dâEonâ.
dâEon es un hombre que pasó sus primeros 49 años de vida vestido de forma masculina, luchando en la Guerra de los Siete Años, sirviendo como ministro en Londres en 1763 y fomentando las intrigas polÃticas como miembro de âLe Secret du Roiâ, la secreta red de espÃas del rey Luis XV. Cuando otro aristócrata fue nombrado embajador, degradando a dâEon a puestos de secretariado, este amenazó al rey con revelar cartas secretas de la red de espionaje. Su chantaje le funcionó y consiguió una pensión vitalicia en 1766 que durarÃa hasta 1774.
Ese año, Luis XVI establecerÃa un nuevo pacto con dâEon por el cual le mantendrÃa la pensión, si este devolvÃa las cartas y, de forma obligada, iba vestido siempre como mujer. Este último punto era debido a que poco tiempo antes, dâEon habÃa anunciado que biológicamente era una mujer. El tratado establecÃa que si se le veÃa portando ropa masculina, serÃa detenido.
En 1785 regresó de forma permanente a Inglaterra, llevando ya siempre ropa de mujer, pero sin comportarse como tal. Según los testigos de la época, andaba como un hombre, hablaba como un hombre y tenÃa todos los vicios masculinos. Aun con todo, su sexualidad fue ampliamente debatida en los cÃrculos sociales, dando lugar a una apuesta sobre la misma en la bolsa de Londres.
Tras la revolución francesa se le denegó la pensión y tuvo que buscarse la vida como espadachÃn. Daba lecciones de esgrima y exhibiciones a todo aquel que quisiera pagarlas. Esto duró hasta 1796, cuando fue herido de gravedad y tuvo que vender hasta su medallas para poder hacer frente a las deudas que habÃa contraÃdo.
Después de su muerte en 1810, su cadáver fue examinado por el forense para resolver el debate abierto que habÃa en la sociedad. Fue una sorpresa encontrar que sus genitales masculinos estaban completamente intactos. El Chevalier dâEon estuvo tan asociado a la ambigüedad de género que el psicólogo Havelock Ellis acuñó un término denominado âenonismoâ para describir el travestismo y otros comportamientos transexuales.
Aunque existen varios grabados e impresiones sobre el Chevalier dâEon, el cuadro que adquirió Phillip Mould es la única pintura al óleo que se tiene de él. Con toda seguridad, es el primer retrato de un hombre travestido portando ropa de mujer.