En 1922 el mundo quedó fascinado por el descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón, siendo esa la última vez en 103 años, en que se descubriera una nueva tumba Real en Egipto, hasta que un estudio reciente encontró la tumba del faraón Tutmosis II.
El descubrimiento se produjo en el área conocida como Monte de Tebas, donde en el año 2022 se había encontrado la tumba, pero no había podido ser estudiada a profundidad.
Un hecho que ha obstaculizado la investigación es que la tumba se encuentra en pésimo estado de conservación, aunque varios elementos hallados dan cuenta de que se trata del lugar de descanso eterno de Tutmosis II.
Uno de los hallazgos más notables fueron varias vasijas que mencionan a Tutmosis II, pero como un faraón muerto.
De igual manera, se encontraron restos de un texto similar al Libro de los Muertos, pero en una versión faraónica, además de fragmentos de yeso de color azul con imágenes de estrellas amarillas.
La tumba estaba muy deteriorada probablemente, por la inundación que siguió poco tiempo después de la muerte del faraón, aunque la momia de Tutmosis II, se encontró en el siglo XIX en otro lugar llamado Deir el Bahari Cachette, reubicando al faraón debido a los problemas de inundación.