Hace dos mil años la antigua ciudad de Aizanoi era muy importante para los romanos, erigiéndose en ella un imponente templo a Zeus, junto a otros edificios públicos relevantes, sin embargo, excavaciones recientes dieron con una tienda de cosméticos en la que también se vendían joyas y perfumes.
El hallazgo se realizó en el área del mercado de Aizanoi, en donde los arqueólogos encontraron numerosas ostras en la que los romanos guardaban sus sombras de ojos y coloretes, hallándose hasta diez colores diferentes.
Junto a las otras los investigadores también dieron con varios frascos de perfume, joyas y accesorios para el cabello.