El Enuma Elish es la epopeya babilónica de creación más importante, conservada en siete tablillas de arcilla cuneiforme descubiertas en la biblioteca de Asurbanipal en Nínive en 1849. Su título significa literalmente «Cuando en lo alto» en acadio, las dos primeras palabras del texto. Esta epopeya narra cómo el universo surgió del caos primordial, cómo sucesivas generaciones de dioses fueron creadas, y crucialmente, cómo Marduk, un dios inicialmente de importancia menor, ascendió a supremacía divina tras vencer a Tiamat, la fuerza del caos personificada.
La narrativa es épica en escala: comienza antes de cualquier cosa, cuando solo existían dos realidades acuosas — Apsu (agua dulce primordial) y Tiamat (agua salada primordial) — de cuya unión nacen los dioses. Estos dioses jóvenes son ruidosos y caóticos. Apsu, irritado, planifica su aniquilación, pero es asesinado por Ea en un acto de magia. Tiamat, devastada, crea once monstruos para vengarse. Los dioses, aterrorizados, se enfrentan a ella pero fracasan repetidamente. Es entonces cuando Marduk ofrece combatir a Tiamat bajo la condición de ser reconocido como rey supremo de todos los dioses.
Marduk derrota a Tiamat mediante una combinación de estrategia y poder: la atrae para que abra su boca, dispara vientos hacia su interior inflándola, y luego la mata con una flecha. Del cuerpo muerto de Tiamat, Marduk crea el universo ordenado. Finalmente, crea a la humanidad para servir a los dioses. El Enuma Elish es fundamentalmente la justificación religiosa de la supremacía de Marduk/Babilonia, recitada en festivales religiosos para reafirmar el orden cósmico.
Contexto histórico: Babilonia, Marduk y propaganda religiosa
Para comprender el Enuma Elish, es esencial entender que no es simplemente una narrativa mitológica desinteresada, sino un texto profundamente político. El Enuma Elish fue compuesto durante el Segundo Imperio Babilónico (1460-1155 a.C.), aunque algunos estudiosos sugieren que podría haber sido compuesto durante el Primer Imperio Babilónico bajo Hammurabi (1792-1750 a.C.). Independientemente de la fecha exacta, el propósito era claro: justificar religiosa y teológicamente la supremacía de Marduk, el dios de Babilonia, y por extensión, la supremacía política de Babilonia misma.
Anteriormente, el panteón mesopotámico estaba dominado por Enlil (dios de la atmósfera, heredado de tradición sumeria) y Anu (dios del cielo). Estos dioses habían sido supremos durante milenios en la religión mesopotámica. Marduk, sin embargo, era inicialmente una deidad local de importancia relativamente menor. Pero conforme Babilonia se convirtió en potencia militar hegemónica, especialmente bajo Hammurabi, surgió la necesidad teológica de elevar a Marduk a supremacía. El Enuma Elish fue la herramienta intelectual para lograr esto.
Lo fascinante es que el Enuma Elish no elimina dioses anteriores del panteón. Enlil y Anu permanecen, pero en posiciones subordinadas a Marduk. Esta es una estrategia teológica sofisticada: no se niega las tradiciones religiosas anteriores, sino que se las reinterpreta jerárquicamente. Es una síntesis, no una negación completa. Este patrón — absorber, reinterpretar, integrar — fue característico de cómo Babilonia conquistaba tanto militarmente como culturalmente.

El Enuma Elish era recitado públicamente durante el festival de Akitu (Año Nuevo babilónico), probablemente en primavera. Esta recitación no era meramente educativa o de entretenimiento. Se creía que era un acto de magia ritual mediante el cual la cosmogonía era recreada, reactualizando el orden cósmico. Al recitar la victoria de Marduk sobre el caos, los babilonios creían que estaban asegurando que el orden continuaría otro año, que el caos no retornaría. Era una manera de afirmar que la estructura política y religiosa de Babilonia era cosmológicamente justificada y permanentemente asegurada.
Tablilla I: el Caos primordial y el nacimiento de los dioses
El Enuma Elish comienza in medias res cósmicas, antes de cualquier cosa que podemos imaginar. El universo no existe aún. Lo único que existe son dos realidades acuosas sin diferenciación clara: Apsu (las aguas dulces del océano primordial bajo la tierra) y Tiamat (el océano salado primordial). Estas dos no son entes conscientes al inicio, sino potencialidades cósmicas. Apsu es masculino, Tiamat es femenino. Su unión da lugar a la generación de seres divinos.
Los primeros en surgir de esta unión son Lahmu y Lahamu, figuras primordiales y poco personalizadas que representan aspectos del cosmos naciente. De estos emergen Anshar y Kishar, asociados con el horizonte, con el límite entre cielo y tierra. De esta tercera generación nacen Anu (el dios del cielo) y Ea/Enki (el dios de la sabiduría y las aguas dulces). Este proceso de generación divina refleja una cosmología donde la realidad emerge gradualmente del caos primordial mediante sucesivas diferenciaciones.
Sin embargo, los dioses jóvenes que nacen son ruidosos, caóticos, turbulentos. El texto describe cómo corren por los espacios cósmicos, causando disturbancia y commoción. Este ruido de los dioses jóvenes molesta profundamente a Apsu. El caos generado por la juventud divina es inaceptable para Apsu, quien ha buscado paz y tranquilidad primordial. Apsu convoca a Tiamat y expresa su frustración. Apsu declara su intención: debe aniquilar a estos dioses jóvenes, debe eliminar el ruido y la perturbación que han introducido.
Marduk no es el más antiguo, pero se convierte en el dios supremo venciendo a Tiamat
Tiamat, aunque comprensiva inicialmente con la queja de Apsu, tiene una visión diferente. Ella reconoce que estos dioses jóvenes son sus hijos (como progenitora, ella tiene una perspectiva maternal). Sin embargo, no logra convencer a Apsu de cambiar su posición. Apsu, determinado, planea proceder con la aniquilación.
Pero Ea, el dios más sabio y astuto, se entera del plan de Apsu. Ea no confronta directamente a Apsu; en cambio, utiliza magia. Ea canta un hechizo que adormece a Apsu. Una vez Apsu está dormido e incapacitado, Ea lo mata. De Apsu muerto, Ea construye su morada y su templo — el Apsu se convierte en espacio controlado por Ea, transformado de caos primordial en dominio ordenado de sabiduría.
Es significativo que en esta primera tablilla ya vemos el tema central del Enuma Elish: el orden se logra no mediante la fuerza bruta, sino mediante la inteligencia. Ea vence a Apsu no en combate directo, sino mediante astucia mágica. Esta será la característica de la verdadera victoria en el Enuma Elish: Marduk no vence simplemente mediante fuerza, sino mediante estrategia y conocimiento sobrenatural.
Tablilla II: la respuesta de Tiamat y la creación de monstruos
Con la muerte de Apsu, Tiamat entra en un estado de devastación emocional y cólera. Apsu, aunque no era su pareja perfecta, era su compañero primordial. Su asesinato a manos de Ea es percibido como afrenta tanto a Tiamat personalmente como al orden primordial que ella representa. Tiamat permanece en silencio durante un tiempo, tal vez deliberando su respuesta, pero la ira se acumula.
Finalmente, Tiamat da un paso extraordinario: decide no confiar en los dioses jóvenes para vengarla, sino crear sus propios campeones. Tiamat genera 11 monstruos/demonios, seres de poder extraordinario, específicamente diseñados para ser armas contra los dioses. Estos monstruos incluyen entidades como Kingu (quien será elevado a posición especial como comandante de la fuerza de Tiamat), Gidim (espíritu), Gallu (demonio) y otros seres cuyos nombres evocan aspecto terrorífico.
Lo más importante es que Tiamat no solo crea estos monstruos, sino que también eleva a Kingu a un estatus especial. Kingu es descrito como su «esposo», sugiriendo una nueva pareja que reemplaza a Apsu. Tiamat otorga a Kingu autoridad sobre los monstruos, haciéndolo comandante supremo de su ejército. Este acto es significativo: Tiamat está reorganizando el poder cósmico para enfrentar a sus enemigos.
Tiamat también realiza otro acto extraordinario: genera tablillas del destino. Las tablillas del destino (los «me» en sumerio) eran objetos de poder supremo en la cosmología mesopotámica. Quien poseía las tablillas del destino poseía el control sobre el destino de todos los seres. Tiamat crea estas tablillas y las entrega a Kingu, elevándolo aún más como su representante máximo.
Con estas preparaciones completadas — los monstruos creados, Kingu elevado, las tablillas del destino distribuidas — Tiamat se prepara para la guerra. Su ejército es formidable: 11 monstruos de poder colosal, comandados por Kingu, equipados con las armas del destino mismo.
Tablilla III: el terror de los dioses y la búsqueda de un campeón
Cuando los dioses descubren que Tiamat ha creado un ejército de monstruos para atacarlos, el pánico cunde entre las deidades. Aquí es donde vemos la vulnerabilidad incluso de los dioses: no son omnipotentes, no son invulnerables. Enfrentan una amenaza existencial real. Los dioses se reúnen en asamblea, deliberando sobre cómo responder a la amenaza de Tiamat.
Varios dioses ofrecen combatir a Tiamat, pero uno por uno, la realidad de la amenaza los paraliza. Algunos de los dioses más antiguos y respetados — figuras que uno esperaría que fuesen poderosas — fracasan o retroceden cuando contemplan enfrentarse directamente a Tiamat. El texto describe cómo el miedo agarra a los dioses; como colectivo, son incapaces de montar una defensa efectiva.
Es en este momento crítico, cuando el pánico amenaza con consumir a los dioses completamente, que Marduk entra en la escena. Marduk, hasta ahora no ha jugado un rol prominente. Es un dios joven, pero hijo de Ea (el dios de la sabiduría), lo cual sugiere que posee herencia intelectual y mágica. Marduk se acerca y se ofrece voluntariamente combatir a Tiamat.
Sin embargo, Marduk no hace esto sin condiciones. Este es un momento crucial de negociación cósmica. Marduk declara que confrontará a Tiamat, que vencerá a la fuerza del caos, pero bajo una sola condición: si tiene éxito, los otros dioses deben reconocerlo como su rey supremo. Deben reconocer su autoridad sobre todos los asuntos divinos. Deben aceptar que es él quien determinará los destinos.
Los dioses, desesperados, tienen poco remedio. Están enfrentándose a la extinción si no logran detener a Tiamat y aceptan las condiciones de Marduk. Es un trato Faustiano cósmico: sacrificar la libertad futura por la supervivencia presente. Los dioses juran solemnemente que si Marduk logra la victoria, él será su rey para siempre.
Tablilla IV: la batalla épica entre Marduk y Tiamat
La cuarta tablilla es el climax del Enuma Elish: la batalla épica entre Marduk y Tiamat. Es descrito en términos cósmicamente grandiosos. Marduk se prepara para el combate, equipándose con armas especiales: un arco, una jabalina, un maza, redes. Pero más importante que las armas físicas, Marduk lleva consigo vientos — los vientos de la tormenta, potencias naturales de destrucción.
Marduk monta un carro tirado por caballos divinos y se dirige hacia Tiamat. Cuando se encuentran, Tiamat abre su enorme boca, preparándose para engullir a Marduk de un trago. Es un momento de tensión extrema: ¿será Marduk consumido por el caos primordial?

Pero Marduk, con astucia divina, dispara los vientos hacia la boca abierta de Tiamat. Los vientos penetran su interior, inflándola desde adentro. Tiamat, incapacitada por el dolor y la inflación, no puede cerrar su boca. Su cuerpo está paralizado. En ese momento de vulnerabilidad, Marduk dispara una flecha que penetra a través de la boca abierta, atravesando el interior de Tiamat y la mata.
La victoria es absoluta. El caos primordial es literalmente destruido. Tiamat, la fuerza más poderosa del universo, yace muerta. Sus monstruos, sin su comandante Tiamat, son fácilmente capturados y encarcelados por los dioses. Kingu es capturado con las tablillas del destino, que son retiradas de su posesión y reasignadas a los dioses.
Tablilla V: la creación del cosmos ordenado
Con la muerte de Tiamat, Marduk procede a la obra creativa más importante: la organización del cosmos a partir del cuerpo muerto de Tiamat. Aquí es donde el Enuma Elish proporciona una cosmogonía completa.
Marduk divide el cuerpo de Tiamat como se divide una presa de caza. De una mitad de Tiamat crea el cielo; de la otra mitad crea la tierra. Esto es profundamente importante: el orden cósmico surge literalmente de la muerte del caos. El universo no es creado de la nada, sino de la transformación del caos en estructura.
Luego Marduk crea los fenómenos celestes. Establece las estrellas, asignándoles sus posiciones. Crea la luna (Sin), quien medirá el tiempo. Crea el sol (Shamash), quien proporcionará luz y justicia. Los cuerpos celestes no son simplemente luces en el cielo, sino deidades que controlan aspectos del cosmos.
Marduk también crea las aguas, reorganizando lo que era caos primordial en sistemas fluviales ordenados. Establece los ríos Tigris y Éufrates, los ríos de Mesopotamia, como parte del orden cósmico creado. Los babilonios vivirían literalmente en el paisaje creado por Marduk según esta narrativa.
Finalmente, Marduk ordena que los vientos, ahora que su rol de destrucción ha sido completado, realicen funciones más constructivas. Designa a varias deidades a varios dominios: Shamash recibe el cielo diurno, Sin recibe la noche. El orden cósmico es establecido completamente mediante asignación de funciones y dominios.
Tablilla VI: la creación de la humanidad
Habiendo establecido el orden cósmico, Marduk confronta un problema: el universo está ordenado, pero está vacío de propósito. Los dioses necesitan seres que realicen trabajos, que mantengan templos, que realicen sacrificios. Así que Marduk, probablemente en consulta con Ea (cuya sabiduría es invocada), decide crear a la humanidad.
La humanidad es creada explícitamente con propósito servil. El texto afirma que la humanidad debe ser creada para aliviar a los dioses del trabajo. Los dioses se habían cansado de trabajar en la creación, de mantener el orden cósmico. Necesitaban sirvientes que realizaran estas tareas. Así, la humanidad es creada con el propósito específico de servir a los dioses, de realizar trabajos que los dioses consideraban indignos de su naturaleza divina.
Esto tiene implicaciones profundas para la teología babilónica: la humanidad no es creada por amor o para gloria divina, sino por conveniencia. Somos, en esencia, herramientas de los dioses. Esta visión contrasta profundamente con algunas interpretaciones posteriores (especialmente en la tradición cristiana) donde la humanidad es creada «a imagen de Dios» con implicaciones de dignidad y propósito mayor.
Para crear a la humanidad, Kingu (el monstruo capturado que fue comandante de Tiamat) es sacrificado. Su sangre es mezclada con barro, creando así a la humanidad. Esto es simbólicamente importante: la humanidad es literalmente hecha de la sangre de la rebelión fallida contra el orden. Somos compuestos de rebelión transformada en servidumbre. Algunos estudiosos ven en esto una explicación para por qué los humanos tenemos inclinación tanto a la creación como a la destrucción, tanto a la obediencia como a la rebelión.
Después de ser creada, la humanidad es colocada bajo el cuidado de Ninshubur o de otros asistentes divinos. Los humanos reciben instrucciones explícitas de mantener templos, realizar sacrificios, y servir a los dioses. Es una relación jerárquica clara desde el principio.
Tablilla VII: la proclamación de Marduk y el nuevo orden
La séptima y final tablilla del Enuma Elish consolida la victoria de Marduk. Los dioses, después de contemplar todo lo que Marduk ha logrado, se reúnen nuevamente. Esta vez no es en pánico o desesperación, sino en reconocimiento y celebración. Los dioses proclaman públicamente a Marduk como rey supremo. Aceptan las condiciones que él había establecido: reconocen su autoridad, su supremacía, su derecho a determinar destinos.
Los dioses enumera los títulos y poderes de Marduk. Se le otorgan nombres adicionales que expresan diversos aspectos de su poder: «El Sabio», «El Creador», «El Juez», etc. Cada nombre representa un dominio o función que Marduk ahora posee. Esto es una ceremonia de coronación cósmica, donde el nuevo orden es solemnemente ratificado.
Significativamente, los dioses no simplemente aceptan pasivamente a Marduk. Se describe un ritual donde los dioses se sientan alrededor de Marduk, reconociendo su superioridad. Algunos textos sugieren que los dioses realizan sacrificios u ofrendas a Marduk, simbolizando su aceptación del nuevo orden jerárquico.
La tablilla VII también refuerza que Marduk será adorado en su templo, el Esagila en Babilonia. Los fieles creyentes babilónicos construirán templos para Marduk, realizarán sacrificios y mantendrán su memoria viva mediante rituales y celebraciones. El orden cósmico establecido por Marduk será mantenido mediante los actos religiosos de los humanos abajo.

El Enuma Elish, en cierto sentido, cierra donde comenzó: en una asamblea divina. Pero mientras que la primera asamblea fue una asamblea de pánico y desesperación, la séptima es una asamblea de orden y celebración. El caos ha sido vencido. El orden ha sido establecido. Y todo está en su lugar según la voluntad de Marduk.
Cosmología y cosmogonía: lo que el Enuma Elish enseña
El Enuma Elish proporciona una cosmología completa — una visión de cómo el universo está estructurado y gobernado. Esta cosmología tiene varios elementos clave:
- Primero, la existencia de caos primordial: el universo no surge de la nada, sino de un estado de caos primordial representado por Apsu y Tiamat. Este caos no es accidental o incidental; es la condición natural del universo antes de la intervención divina. Es importante notar que en esta visión, el universo no es intrínsecamente ordenado; el orden debe ser impuesto sobre el caos mediante acción divina.
- Segundo, sucesivas generaciones de dioses: el universo no es gobernado por dioses eternos que siempre han existido, sino por dioses que son generados sucesivamente. Esto refleja una comprensión de la realidad donde incluso los dioses son producto de procesos cósmicos previos. Los dioses mismos están sujetos a evolución y cambio.
- Tercero, jerarquía divina: aunque múltiples dioses existen, existe una jerarquía clara. Marduk es supremo, pero otros dioses retienen dominios específicos. Esta jerarquía es importante: asegura que el cosmos no es caótico incluso con múltiples deidades, sino que está organizado bajo autoridad centralizada.
- Cuarto, la humanidad tiene un propósito servil: los humanos son creados para servir a los dioses. Esta no es una afirmación de valor humano intrínseco, sino una declaración de propósito funcional. Los humanos existen para que los dioses no tengan que realizar trabajo manual.
- Quinto, el orden es constante pero requiere mantenimiento: el universo establecido por Marduk no es eterno automáticamente. Requiere mantenimiento continuo. Los rituales y sacrificios que los humanos realizan no son simplemente actos de devoción, sino acciones que literalmente ayudan a mantener el cosmos en funcionamiento.
Simbolismo profundo: orden vs. caos
El Enuma Elish no es simplemente una narrativa entretenida, sino una expresión profunda de cómo los babilonios comprendían la realidad y su lugar en ella. El conflicto central — orden vs. caos — es el conflicto existencial fundamental.
- Marduk representa el orden, la estructura, la razón, la inteligencia. Él vence al caos no mediante fuerza bruta, sino mediante estrategia. Utiliza vientos (potencias naturales) de manera inteligente. Crea el cosmos ordenado basado en principios y funciones asignadas. Marduk es razón hecha divina.
- Tiamat representa el caos, lo informe, lo incontrolable, lo primordial. Aunque Tiamat tiene agencia (ella crea monstruos, ella toma decisiones), ella actúa desde emoción (cólera y venganza) más que desde razón. Tiamat es la fuerza ciega de la naturaleza antes de que el entendimiento humano la ordene.
Este simbolismo era profundamente relevante para los babilonios. Babilonia misma era una civilización construida sobre la capacidad de ordenar y controlar la naturaleza salvaje: construir ciudades en llanuras, canalizar ríos para irrigación, crear leyes y códigos. El Enuma Elish justificaba todo esto religiosamente: así como Marduk ordenó el cosmos, así Babilonia ordenaba su mundo. La civilización misma era un reflejo del acto creativo de Marduk.
| Nombre | Equivalencia | Función Principal | Notas |
|---|---|---|---|
| APSU | «Agua Profunda» | Abismo primordial, aguas profundas primordiales | Asesinado por Enki para permitir la creación. Representa el océano de agua salada primordial. |
| TIAMAT | «Mar Primordial» | Océano infinito y caos primordial | Vencida por Marduk en batalla épica. Su cuerpo se convierte en el universo. Madre de los demonios del caos. |
| MUMMU | «Bruma/Espíritu» | Espíritu/Mensajero primordial | Mensajero de Apsu y Tiamat. De importancia menor en la narrativa del Enuma Elish. |
| LAHMU | «Lodo» (Masculino) | Divinidad primaria masculina | Primera pareja primigenia junto con Lahamu. Representa la materia en diferenciación inicial desde el caos puro. |
| LAHAMU | «Lodo» (Femenino) | Divinidad primaria femenina | Primera pareja primigenia junto con Lahmu. Representa la materia en diferenciación inicial desde el caos puro. |
| ANSHAR | «Horizonte del Cielo» | Dios del horizonte celestial | Representa la estructuración del cosmos. Padre de Anu. Marca la separación entre la tierra y el cielo. |
| KISHAR | «Horizonte de la Tierra» | Diosa del horizonte terrestre | Representa la estructuración del cosmos. Madre de Anu. Marca la separación entre cielo y tierra. |
| ANU | «Cielo» | Dios del cielo, rey antiguo del panteón | Rey antiguo que será desplazado. Abuelo de Marduk. Representa el orden establecido pero anticuado que debe ceder ante la nueva era. |
| ENKI (EA) | «Señor de la Tierra» | Dios de la sabiduría, aguas dulces y magia | Asesinó a Apsu. Padre biológico de Marduk. Posee el conocimiento de los «cincuenta nombres». Representa la inteligencia divina. |
| MARDUK | «Señor» ◆ SUPREMO ◆ | Dios Supremo de Babilonia | Joven, valiente y extraordinariamente sabio. Vence a Tiamat en combate épico. Se convierte en rey indiscutible del panteón. Crea el universo a partir del cuerpo de Tiamat. Crea la humanidad de la sangre de Kingu. Centro del culto babilonio durante milenios. |
| SARPANITUM | «La Esposa» | Diosa consorte de Marduk | Consorte de Marduk. Diosa de la fertilidad y la renovación. Central en los rituales del Año Nuevo (Akitu). Representa la continuidad y regeneración cósmica. |
| NABU | «El Vocero» | Dios de la escritura y el habla | Dios de la escritura, la sabiduría y el habla divina. Hijo de Marduk y Sarpanitum. Heraldo divino. Representa la transmisión del conocimiento de los dioses a la humanidad. |
Nota importante: La genealogía no determina automáticamente el poder en la mitología babilonia. Aunque Enki es más antiguo que Marduk y Anu es el más antiguo de todos, es Marduk quien se convierte en supremo porque es el más fuerte, el más sabio y el más capaz de mantener el orden cósmico frente al caos. Su juventud no es debilidad sino símbolo de la nueva era que supera al pasado.
La victoria de Marduk también representa la victoria de la inteligencia sobre la fuerza bruta. Marduk no es el dios más fuerte en términos de fuerza física pura, pero es el más inteligente. Esta fue una lección moral importante: la verdadera victoria surge no del poder bruto, sino del ingenio. Un enemigo más grande y fuerte puede ser vencido si se le enfrenta con estrategia y sabiduría.
Influencia en tradiciones posteriores
El Enuma Elish tuvo influencia significativa en tradiciones religiosas posteriores, aunque la naturaleza exacta de esta influencia es a menudo debatida por estudiosos.
Influencia en la Biblia Hebrea
El libro de Génesis comparte estructuras narrativas con el Enuma Elish. Ambos describen un caos primordial antes de la creación. En Génesis, este caos es descrito como «tohu va-bohu» (caos informe), sin forma ni estructura. En el Enuma Elish, es Apsu y Tiamat. En ambos casos, una deidad ordenadora (Dios en Génesis, Marduk en Enuma Elish) surge para imponer orden sobre el caos.
Algunos estudiosos han especulado que los autores bíblicos estuvieron expuestos al Enuma Elish durante el Exilio Babilónico (586-539 a.C.), cuando los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia. Durante este período, habrían tenido contacto con la religión y la literatura babilónica. Los autores bíblicos podrían haber reinterpretado la narrativa del Enuma Elish, reemplazando a Marduk con YHWH (Dios), y transformando el politeísmo babilónico en monoteísmo judío.
El combate entre Dios y las fuerzas del caos (descrito en términos de una bestia marina en varios salmos bíblicos, posiblemente Leviatán) podría ser una reinterpretación del combate de Marduk y Tiamat. La creación de la humanidad en Génesis también comparte el propósito de servicio a Dios, aunque con menos énfasis en la servidumbre que en el Enuma Elish.
Influencia en textos apocalípticos posteriores
En textos apocalípticos posteriores (especialmente en el Libro de Daniel y otros escritos que eventualmente fueron excluidos del canon bíblico), hay referencias a demonios, bestias, y conflictos cósmicos que tienen ecos del Enuma Elish. La estructura de conflicto cósmico entre el bien (Dios/orden) y el mal (fuerzas caóticas/destructivas) podría reflejar influencias mesopotámicas.
Influencia en religiones posteriores
Algunos patrones del Enuma Elish — un acto creativo mediante la derrota del caos primordial, la generación sucesiva de dioses, la coronación de un rey divino — aparecen en otras tradiciones religiosas cercanas. Aunque la influencia directa es difícil de probar, la similaridad estructural es notable.
El Enuma Elish en contexto ritual
El Enuma Elish no fue preservado simplemente como documento literario o histórico. Era un texto ritual, recitado durante ocasiones específicas para cumplir propósitos religiosos y políticos específicos. Entender cómo era utilizado es crucial para comprenderlo completamente.
Durante el festival de Akitu (Año Nuevo babilónico), celebrado en primavera (aproximadamente marzo/abril), el Enuma Elish era recitado públicamente. Esta recitación probablemente ocurría en el templo Esagila, el templo de Marduk en Babilonia, aunque también podría haber tenido lugar en otros contextos religiosos.
Se cree que la recitación no era simplemente una presentación de un drama antiguo, sino un acto de magia ritual. Al re-narrar la creación, los babilonios creían que estaban reactualizando literalmente el acto creativo. El caos era simbólicamente re-vencido. El orden era re-establecido para otro año. El cosmos entero, en cierto sentido, era renovado.
La recitación también tenía funciones políticas importantes. Comunicaba que el rey de Babilonia (frecuentemente considerado el representante terrenal de Marduk) tenía legitimidad divina. Al proclamar la supremacía de Marduk, la recitación reforzaba la supremacía del rey babilónico. El orden cósmico y el orden político eran dos aspectos de una misma realidad: ambos fluían de la voluntad de Marduk.
Algunos estudiosos sugieren que durante el festival de Akitu, podría haber dramatizaciones del Enuma Elish, donde sacerdotes o actores representaban los diversos papeles — Tiamat, Marduk, otros dioses — y la batalla era re-enacted. Aunque la evidencia directa es limitada, la idea es plausible dado cómo otras culturas antiguas también dramatizaban sus narrativas religiosas.
Tabla de dioses, importancia y significado
| Evento/Personaje | Tablilla(s) | Importancia Cósmica | Significado Teológico |
|---|---|---|---|
| Apsu y Tiamat (Caos Primordial) | I-II | Fundamento del universo antes de diferenciación | Caos es estado natural sin orden divino |
| Generación de Dioses | I-III | Sucesión de poderes, evolución cósmica | Jerarquía emerge gradualmente, no es eterna |
| Ruido de los Dioses Jóvenes | I | Caos resultante de energía sin dirección | Desorden requiere intervención/control |
| Muerte de Apsu (por Ea) | I-II | Primer acto de imposición de orden mediante astucia | Inteligencia triunfa sobre caos primordial |
| Cólera de Tiamat y Creación de Monstruos | II | Respuesta del caos a dominación | Caos resiste pero de manera predecible |
| Miedo de los Dioses Jóvenes | III | Vulnerabilidad divina ante amenaza existencial | Incluso dioses enfrentan límites/miedos |
| Ofrecimiento de Marduk | III | Punto de quiebre: pacto cósmico | Liderazgo emerge de disposición a sacrificio/riesgo |
| Batalla Marduk-Tiamat | IV | Confrontación final orden-caos | Victoria definitiva de razón sobre instinto |
| Creación del Cosmos | V | Universo emerge de cadáver del caos | Orden es transformación, no negación del caos |
| Creación de la Humanidad | VI | Propósito de humanidad en cosmos ordenado | Servicio divino es razón de existencia |
| Proclamación de Marduk como Rey | VII | Consolidación del nuevo orden cósmico/político | Jerarquía divina ahora establecida permanentemente |
Preguntas frecuentes sobre el Enuma Elish
¿Cuándo fue compuesto exactamente el Enuma Elish?
No sabemos la fecha exacta de composición. Los estudiosos generalmente lo fechen entre 1800-1100 a.C., con consenso tendiendo hacia el Segundo Imperio Babilónico (1460-1155 a.C.). Algunos sugieren composición bajo Hammurabi (1792-1750 a.C.). Lo que es cierto es que era utilizado en rituales religiosos durante el período babilónico tardío.
¿El Enuma Elish es literalmente lo que los babilonios creían?
Probablemente no, en su totalidad. Intelectuales babilónicos probablemente comprendían el Enuma Elish como alegórico o simbólico. La población en general podría haberlo tomado más literalmente. Como en religiones modernas, había probablemente múltiples niveles de interpretación según la sofisticación del intérprete.
¿Cómo sabemos lo que dice el Enuma Elish si es tan antiguo?
El Enuma Elish fue preservado en tablillas de arcilla cuneiforme. Alrededor de siete copias fragmentadas fueron descubiertas en la biblioteca de Asurbanipal en Nínive (destruida 612 a.C.). Estas tablillas fueron excavadas en 1849 y transcritas/traducidas durante el siglo XIX y XX. Las traducciones modernas más confiables son de W.G. Lambert y Andrew R. George.
¿Influenció el Enuma Elish directamente el Génesis bíblico?
Esto es debatido. Hay similaridades estructurales, pero la Biblia fue redactada mucho después de que Babilonia dejó de ser potencia (aunque el Exilio Babilónico 586-539 a.C. podría haber proporcionado contacto). Algunos estudiosos creen que influenció indirectamente la Biblia, otros consideran las similaridades como convergencia coincidencial. No hay «prueba fumante».
¿Sacrificaban humanos los babilonios como resultado del Enuma Elish?
El Enuma Elish describe la creación de humanidad con propósito servil, pero esto se refería generalmente a trabajo (mantener templos, realizar sacrificios) más que a sacrificio humano sistemático. No hay evidencia de que el Enuma Elish específicamente promoviera sacrificios humanos. Los sacrificios babilónicos típicos eran animales.
¿Tenía Marduk competidores en otras religiones antiguas?
Sí. Tiamat tiene paralelos con Apophys (Apolohis) en Egipto (la serpiente del caos). La estructura de «dios joven vence fuerza caótica primordial» aparece en múltiples tradiciones (Indra vs. Vritra en hindú, Baal vs. Yam en fenicia). Esta estructura narrativa parece ser un arquetipo común de varias religiones antiguas.
¿Es el Enuma Elish una «copia» de versiones anteriores?
Parcialmente. El Enuma Elish incorpora elementos de tradiciones sumerias más antiguas. Algunos de los mitos sobre Ea, Enlil, y Tiamat tenían versiones anteriores. El Enuma Elish es una síntesis y transformación de materiales anteriores, reenfocados hacia la supremacía de Marduk.
¿Qué tan diferente es el Enuma Elish de la Biblia en términos de visión cosmológica?
Diferencias clave: el Enuma Elish es politeísta (múltiples dioses), la Biblia es monoteísta (un Dios). El Enuma Elish presenta dioses que son generados (por tanto temporales), la Biblia presenta Dios como eterno. El Enuma Elish enfatiza la humanidad como servidumbre, la Biblia (especialmente en ciertas interpretaciones) enfatiza la humanidad como imagen de Dios. Sin embargo, ambos enfatizan orden emergiendo del caos.
¿Practicaban magia ritual los babilonios basándose en el Enuma Elish?
Probablemente. Los estudiosos creen que la recitación del Enuma Elish durante Akitu era una forma de magia ritual — un acto destinado a influenciar los eventos cósmicos. Mediante re-narrar la victoria de Marduk, los babilonios creían que estaban ayudando a mantener el cosmos en orden para otro año.
¿Hay versiones del Enuma Elish en otras culturas?
No directamente. Sin embargo, el «esquema narrativo» del Enuma Elish — caos primordial, generación de dioses, conflicto cosmológico, victoria de orden — aparece en múltiples culturas. Esto sugiere que es una estructura narrativa fundamental que múltiples culturas antiguas utilizaron para comprender la realidad.
¿Qué dicen los estudiosos modernos sobre el Enuma Elish?
Los estudiosos modernos tienden a enfatizar que el Enuma Elish es tanto documento religioso como político: justifica teológicamente la supremacía de Marduk/Babilonia. No es histórica en el sentido moderno (no describe eventos que sucedieron), sino mitología — una forma de verdad que no es factu sino simbólicamente importante. Los estudiosos también enfatizan la sofisticación literaria del texto: es una obra de arte intelectual genuina, no simplemente superstición primitiva.
Un texto aún relevante
El Enuma Elish, aunque compuesto hace más de tres mil años, continúa siendo relevante para entender la religión antigua, la mitología, la política, y cómo las civilizaciones antiguas comprendían su lugar en el universo. No es meramente un documento histórico de curiosidad académica, sino una expresión profunda de cómo una gran civilización — Babilonia — veía el cosmos y el papel de la humanidad dentro de él.
Lo que es particularmente notable es cómo el Enuma Elish articulaba una teología política sofisticada: la supremacía de Marduk en el cielo fue paralela a la supremacía de Babilonia en la tierra. No fue meramente coincidencia o superstición, sino una afirmación deliberada de que el orden político de Babilonia reflejaba y era legitimado por el orden cósmico. Esta conexión entre cosmología y política es algo que perdemos fácilmente de vista en nuestro mundo secular moderno, pero era absolutamente central en el pensamiento antiguo.
El Enuma Elish también proporciona perspectiva sobre cómo tradiciones religiosas trabajan: el Enuma Elish no fue creado de la nada, sino que fue una reinterpretación y síntesis de tradiciones anteriores, reenfocadas hacia nuevos propósitos políticos. De manera similar, la Biblia no fue creada en aislamiento, sino en conversación (explícita o implícitamente) con tradiciones religiosas circundantes, incluyendo posiblemente el Enuma Elish mismo.
En última instancia, el Enuma Elish es un testimonio del poder de la narración religiosa y mitológica para expresar verdades profundas sobre la existencia. Aunque no podamos creer literalmente en Marduk u otros dioses babilónicos, podemos reconocer que a través de estos mitos, los babilonios estaban articulando intuiciones verdaderas: que el caos es fundamental a la existencia, que el orden requiere imposición continua, que la inteligencia triunfa sobre la fuerza bruta, que la comunidad humana depende de jerarquía y coordinación. Estas verdades perduran mucho más allá de la civilización que las expresó.
Fuentes y bibliografía
Textos primarios en traducción
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- Enuma Elish. Traducción de E.A. Speiser en «The Anchor Bible Commentary» (1964)
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Análisis mitológico y simbólico
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Influencia bíblica e intercultural
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Rituales y prácticas religiosas
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Recursos digitales especializados
- ETCSL (Electronic Text Corpus of Sumerian Literature) – Universidad de Oxford.
- Cuneiform Digital Library Initiative (CDLI) – UCLA.
- Museo Británico – Colección de Tablillas Cuneiformes digitalizadas
- Ancient Mesopotamia Project – Penn Museum.
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