El estudio de 60 individuos enterrados en la necrópolis de Abusir en Egipto ha revelado una serie de padecimientos que pudieron sufrir los escribas en el Antiguo Egipto, fruto de la actividad repetida y las posturas habituales que solían utilizar los escribas.
De estos individuos que pertenecen al Tercer Milenio antes de nuestra era, se sabe que 30 de ellos fueron escribas, mostrando ciertas diferencias en sus esqueletos fruto de su ocupación.
La investigación arrojó el resultado que los escribas parecieron de osteoartritis en varias articulaciones como entre la mandíbula y el cráneo, la clavícula derecha y el hombro del mismo lado, el pulgar derecho, la rodilla y la columna vertebral.
Estás diferencias son consistentes con la postura de piernas cruzadas o cuclillas que adoptaban los escribas.