Recientes excavaciones en una plaza histórica en Auxerre realizadas por arqueólogos, han desenterrado los esqueletos de 250 niños y otros tantos nacidos muertos, en una necrópolis que posee varios elementos poco comunes.
La necrópolis recién descubierta está en excelente estado de conservación y presenta una antigüedad que se remonta a los siglos I al III.
El estudio arqueológico arrojó numerosos datos acerca de las costumbres funerarias de la época, por ejemplo descubrieron que la mayoría de infantes fueron enterrados en posición fetal, aunque hubo varios colocados boca arriba.
De los féretros se puede decir que la mayoría eran de madera, aunque también hallaron vasijas de cerámica, o algunos niños envueltos en tela.
Un elemento que sorprendió a los investigadores es que algunas tumbas se destruyeron para colocar nuevos niños, además de que encontraron de cuatro a cinco capas de entierro en el lugar, algo inusual para los entierros romanos de este tipo.
En todo el sitio sólo se desenterró el cadáver de un adulto el cual no ha sido explicada su presencia. No obstante, los investigadores piensan que podría haber una necrópolis más grande en los alrededores.