Arqueólogos chinos y canadienses dieron con el hallazgo de un extraño fósil que contiene dos especies, el cual cuenta una historia que ha sorprendido a los científicos.
Se trata de un mamífero y un dinosaurio que estaban en una pelea mortal, cuando un flujo de escombros volcánicos los sepultó a ambos, quedando unidos para siempre en su lucha mortal.
Los arqueólogos demostraron que el mamífero no estaba comiendo a un dinosaurio muerto, ya que no hallaron mordidas que muestren un comportamiento carroñero, por el contrario, la evidencia apunta a un ataque por parte del mamífero al dinosaurio.
El mamífero atacante es un Repenomamus robustus, que poseía el tamaño similar de un tejón moderno, mientras que el dinosaurio herbívoro era un Psittacosaurus, que medía casi como un perro de gran tamaño.
Este hallazgo muestra el comportamiento depredador de un mamífero en el Cretácico, cuando se suponía que estas especies no tenían un comportamiento así, además desmonta también la creencia de que los dinosaurios no poseían mayores enemigos, fuera de sus propios depredadores.
El raro fósil esta resguardado en la colección del Museo de la Escuela de Weihai, en China.