Durante casi nueve décadas, el tesoro de los reyes polacos lituanos de los siglos XV y XVI estuvo perdido en la Catedral de Vilna, luego de que en 1939, cuando la Segunda Guerra Mundial amenazó aquella ciudad, se decidió ocultar el tesoro en un nicho de las escaleras, pero con el tiempo el lugar exacto se había olvidado.
El tesoro incluye coronas, cetros y las insignias reales de gobernantes como Alejandro Jagellón, o piezas de las esposas del monarca Segismundo Augusto Isabel de Habsburgo y Bárbara Radziwill, quienes formaron parte de la dinastía Jagellón que llevó a Polonia a su edad de oro en el siglo XVI.

Se destacan las coronas del rey Segismundo y las reinas antes mencionadas, junto a un cetro, medallones y anillos pertenecientes no solo a estos gobernantes, sino a otros reyes que gobernaron estos territorios.
El descubrimiento se produjo en el mes de diciembre, luego de que durante mucho tiempo se buscara la posibilidad de utilizar métodos no invasivos en la estructura para determinar su ubicación, la cual pudo conocerse el 16 de diciembre de 2024, cuando se colocó en unas grietas una cámara endoscópica que logró dar con las insignias reales.

Los valiosos objetos se presentaron a la luz pública el mes pasado en conferencia de prensa.