Cerca de la localidad alemana de Oberstimm, estuvo en pie un fuerte romano entre los años 60 al 130 d.C. que actualmente se ha convertido en el lugar del descubrimiento de una sandalia militar romana con clavos en su suela.
La sandalia, conocida como caliga, no poseía la apariencia de un calzado al encontrarla. Por el contrario parecía solo dos fragmentos de metal doblado que al ser analizados por una radiografía, se entendió que era la suela de éste calzado romano.
Los romanos acostumbraban colocar estos clavos en su calzado debido a la tracción que producía en terrenos difíciles, tal como lo haría hoy en día los tacos modernos.