Orígenes y apariencia
Tanto los Orcos como los Goblins, son monstruos humanoides presentes en el folclore inglés. Se les describe como criaturas de aspecto humano, pero con un aspecto temible, con grandes colmillos y morro aplastado. En muchas culturas son presentados como la corrupción de los elfos o el hombre.
Los Goblins son seres más pequeños que los Orcos estrechamente relacionados con los duendes. Los Goblins son descritos como pequeños con narices puntiagudas y de color pardo, oscuro o incluso verde.
Los Orcos y los Goblins están asociados con la maldad y generalmente se les presenta como enemigos del héroe en las leyendas.
Historia de los Orcos y Goblins
Las primeras apariciones de los Orcos están en el relato de Beowulf, en el que se menciona a los Orcos en plural, haciendo alusión a una raza de espíritus malignos y corrompidos.
Según la etimología, el Orco podría ser una variación de la palabra Ogro, el gran parecido entre ambas criaturas y la similitud en su comportamiento hacen pensar que pueden ser la misma criatura.
En el folclore italiano los orcos (o ogros), eran descritos como bestias grandes, peludas, con colmillos y viriles que podían hablar, solían vivir en los bosques o jardines oscuros en los que capturaban y comían humanos.
En la época contemporánea con la saga de libros de JRR Tolkien, los orcos se hicieron especialmente populares en el siglo XX. Tolkien se basó en los escritos de folclore inglés para crear estas criaturas como representantes del mal en su universo ficticio.
Los Goblins de Tolkien son mencionados como “Trasgos”, otro de los nombres utilizados para mencionar a los duendes.
A raíz de las novelas de Tolkien los Orcos y los Goblins se han popularizado en múltiples videojuegos y juegos de rol manteniéndose en la cultura popular de nuestros días.