Características de la Revolución Mexicana: causas, desarrollo y final

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Leopoldo Ágreda Lovera
Nací en Mérida, un estado andino de Venezuela pero me crié en Caracas la ciudad donde crecí, observando el Ávila y haciéndome las preguntas más importantes sobre la vida, la sociedad y el universo, rodeado de árboles y el sabor agridulce de toda gran ciudad. En el trayecto de mi vida, conocí las calles y sus gentes, las cuales me ayudaron a formarme un mejor criterio de la existencia humana y las ciencias sociales, para luego estudiar en la Universidad Central de Venezuela, donde me he formado como historiador y pensador social. La lectura es uno de mis grandes vínculos con el pasado y la esencia de la humanidad, ya que como dijo Descartes, leer es como tener una conversación con las grandes mentes de la historia; el ajedrez es otra de mis grandes pasiones, ya que me ha ayudado a desarrollar una mejor comprensión de la vida, que junto a la música, forman los tres pilares de mis gustos actuales. Soy familiar, amante de la naturaleza y los animales, porque en ellos ves la esencia de la filosofía y de Dios.

El concepto de revolución hace alusión a un cambio radical de todo lo que se había establecido hasta el momento en que se produce el hecho.

Es un concepto que puede aplicarse a cualquier elemento de la vida o sociedad, como por ejemplo, a la revolución del conocimiento como la realizada por Nicolás Copérnico hace algunos siglos atrás; o a la Revolución Industrial que trajo una nueva manera de trabajar las materias primas, se desarrollaron nuevos productos y nuevas formas de producción.

Dentro de la historia mexicana, al comienzo del siglo XX se desarrolló un proceso que cambiaría varias esferas de la sociedad, el cual es conocido como la Revolución Mexicana.

Esta revolución aglutinaría a los cuatro caudillos principales que luego se separarían en dos bandos, siendo iniciada en el llamado ‘Plan de San Luis’, que atacaba la reelección de Porfirio Díaz, aunque las causas de esta revolución van más allá de este episodio del Porfiriato.

Causas de la Revolución Mexicana

La distribución de tierras

Cuando observamos la lucha de dos de los principales revolucionarios mexicanos de principios de siglo XX, Emiliano Zapata y Pancho Villa, observamos que uno de sus objetivos para hacer la revolución fue la distribución equitativa de tierras, que fue una de las conquistas más perseguidas por indígenas y campesinos durante buena parte del siglo XIX.

La Revolución Mexicana es pues, una continuación de esas luchas por el reparto justo de las tierras que nunca se había concretado y que, con el ejército zapatistas del sur, se intentó conquistar este derecho con la fuerza de las armas, siendo este problema agrario una de las principales causas.

La reelección de Porfirio Díaz

Porfirio Díaz. Crédito: Mexico: Its Ancient and Modern Civilisation by Charles Reginald (1919) / Dominio Público

Como segunda causa de esta revolución podemos referirnos a la reelección de Porfirio Díaz, que al igual que otros gobernantes mexicanos, buscó reelegirse por un nuevo período presidencial, acarreándose gran resistencia por esta acción antidemocrática e inconstitucional.

Las acciones de Carraza y Obregón

Acerca del aspecto constitucional, podemos señalar que los otros dos grandes caudillos, Carraza y Obregón, formaron parte de los llamados “constitucionales”, quienes luego de la disolución del gobierno de Francisco I. Madero, se levantaron contra ese nuevo gobierno, proclamando el regreso a la legalidad del poder ejecutivo.

Inicio de la Revolución Mexicana

Todo comenzó cuando en 1910, Porfirio Díaz decidió relanzarse a la presidencia, en tanto que Francisco Ignacio Madero decidió lanzarse a la candidatura para cambiar el gobierno de Díaz, conocido como el Porfiriato, que ya llevaba 30 años decidiendo los destinos de México.

Madero ganaría gran popularidad dentro de la nación, pero esta popularidad le jugaría en contra cuando el gobierno de Porfirio Díaz lo puso en prisión pasando la elección en la cárcel y trayendo como corolario la victoria de Porfirio Díaz para un nuevo período presidencial.

Estos hechos harían que Madero, una vez que escapase de la cárcel dirigiéndose a Texas, proclamara el llamado Plan de San Luis, llamando a la nación a levantarse contra el Porfiriato el 20 de noviembre de 1910.

Este pronunciamiento abriría las puertas a nuevos líderes del país como Emiliano Zapata, Pancho Villa, Pascual Orozco y Álvaro Obregón, quienes atacaron militarmente el Porfiriato desde el norte y el sur.

Desarrollo de la Revolución Mexicana

Tras algunos meses de lucha armada, Porfirio Díaz anunció la renuncia de la presidencia retirándose al exilio.

Este hecho provocaría que Francisco Madero se convirtiera en el nuevo presidente de la república, pero tendría que enfrentar numerosos problemas que dos años después lo llevarían a la Decena Trágica y a su muerte en febrero de 1913.

Soldados sublevados durante la ‘Decena Trágica’. Crédito: Osuna / 1913 / Dominio Público

Tras la muerte de Madero, Victoriano Huerta sería nombrado presidente de México, pero este nuevo gobierno no sería reconocido por la manera en que llegó al poder pues se había roto el hilo constitucional.

Siendo considerado Huerta un usurpador, los revolucionarios mexicanos aumentaron las hostilidades contra su gobierno.

Para 1914, los revolucionarios tendrían casi la totalidad del norte de México bajo su control y en el mes de Julio, el ejército revolucionario de mano de los legalistas (Venustiano Carranza y Álvaro Obregón), entrarían triunfantes en la Ciudad de México, acabando con el gobierno de Huerta y quedando Venustiano Carranza como el líder del llamado Ejército Constitucionalista.

Dentro de la Revolución Mexicana hubo cuatro caudillos que detentaban la fuerza militar y el apoyo popular.

Estos eran: Venustiano Carranza, Álvaro Obregón (quienes se unieron en el bando llamado “constitucionalistas”) y Pancho Villa junto a Emiliano Zapata, quienes buscaban una distribución equitativa de tierras, entre otras reivindicaciones sociales importantes.

En 1914 Venustiano Carranza es reconocido como el jefe del ejército, además de ostentar también la jefatura del Poder Ejecutivo.

Para trabar relación con Villa y Zapata, quienes poseían una fuerza importante militar, se realizó la Convención de Aguascalientes, en donde los constitucionalistas junto a villistas y zapatistas elegirían a Eulalio Gutiérrez como el presidente interino, acción que, al no ser aceptada por Venustiano Carranza, provocaría que villistas y zapatistas se unieran contra Carranza y los constitucionalistas.

Pancho Villa, el presidente provisional Eulalio Gutiérrez y Emiliano Zapata. Crédito: Dominio Público

Emiliano Zapata toma Ciudad de México

La Ciudad de México sería tomada por Emiliano Zapata en enero de 1915, llegando las tropas de Villa pocos días después.

Al tomar la capital, Eulalio Gutiérrez buscaría continuar gobernando desde San Luis de Potosí, para terminar renunciando definitivamente tiempo después, mientras que Carranza gobernaba de facto el país desde la ciudad de Veracruz.

Esta victoria de los revolucionarios zapatistas y villistas no sería suficiente para mantener el poder y realizar los designios que tenían preparado para México.

Álvaro Obregón comenzaría una época de victorias importantes frente al ejército de Pancho Villa entre 1915 y 1916, que se agravarían con la incursión de Villa en territorio estadounidense luego de que decidiera hacerles frente por el reconocimiento que habían hecho a Venustiano Carranza.

Para este año 1916, Venustiano Carranza volvería a tomar la capital de México.

Final de la Revolución Mexicana

El final de la revolución mexicana llegaría en 1916, cuando Venustiano Carranza convocó a un Congreso Constituyente con la finalidad de crear una nueva constitución donde se reconocieran las exigencias de los campesinos y  del ejército revolucionario villista y zapatista, que podía poner en jaque nuevamente al gobierno y lanzar a México a una guerra civil.

Venustiano Carranza, 1916. Crédito: Dominio Público.

El 5 de febrero de 1917 sería promulgada esta Constitución, llegando a su fin la Revolución Mexicana.

Logros de la Revolución Mexicana

Varias leyes que se incluyeron en la constitución de 1917 cambiaron radicalmente el carácter del país y su fisonomía social, política y económica. Entre los cambios de mayor importancia podríamos resaltar:

  • Nacionalización del suelo, subsuelo y petróleo mexicano.
  • Reforma de la educación, donde se deja claro el carácter gratuito, laico y obligatorio.
  • Promulgación de una reforma agraria y la repartición de tierras pertenecientes al latifundio entre los campesinos.

Línea temporal de acontecimientos de la Revolución Mexicana

Línea temporal Revolución Mexicana. Crédito: Wikimedia
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