Portugal y España han tenido, quizás debido a que son vecinos, historias hasta cierto punto paralelas.
En la Historia más reciente, tanto España como Portugal se vieron sometidos a una dictadura bajo las órdenes de Francisco Franco en el primer caso y bajo la presión de Antonio de Oliveira Salazar en el caso de Portugal.
En este artículo nos centraremos en el punto que supuso la ruptura del Estado dictatorial en Portugal: la Revolución de los Claveles.
¿Qué fue la Revolución de los Claveles?
La Revolución de los Claveles o, en portugués, la Revolução dos Cravos, es el nombre dado al levantamiento militar que se produjo el 25 de abril de 1974 y que provocó la caída de la dictadura salazarista que dominaba Portugal desde 1933, suponiendo la dictadura más longeva de Europa.
Pese a que Salazar falleció en 1970, le sustituyó Marcelo Caetano en la dirección del régimen.
Antecedentes de la Revolución
Para poder entender este hecho hay que tener en cuenta el contexto. A finales de la década de 1960, el régimen se mantenía aislado del mundo occidental.
Mientras tanto, a sus colonias Mozambique, Guinea Bissau y Angola, llegaban los aires de descolonización que ya se estaban realizando en otros países dominados por las principales potencias.
Estos movimientos de descolonización habían estallado en revueltas y obligaban a Portugal a usar recursos económicos y militares para pacificar las colonias.
Esto contradecía otras actuaciones que habían llevado a cabo países que se habían encontrado en una situación similar a la que Portugal se enfrentaba en esa época, pero que habían dejado paso a la descolonización de una forma menos traumática y más adecuada para sus intereses.
Esto hay que unirlo a la situación empobrecida que vivía el país. Había una desigualdad social importante en la que sólo un centenar de familias ostentaban el poder económico y muchos portugueses vieron en la emigración la mejor opción.
El descontento popular también aumentaba pues Portugal se convirtió en un paraíso para nazis huidos de la justicia e incluso para otros dictadores como Fulgencio Batista, mientras que las cárceles se llenaban de presos políticos que habían sido capturados por la Polícia Internacional e de Defesa do Estado (PIDE).
Ésta era la herramienta del Estado para destruir cualquier tipo de oposición interna dentro del régimen.
En febrero de 1974, ante la actuación del general António de Spínola quien trataba de modificar la política colonial portuguesa, Caetano se vio obligado a destituirle dando constancia de las divisiones existentes en la élite del régimen.
Esto lo aprovechó un grupo de militares denominado Movimento das Forças Armadas (MFA) que serían los encargados de llevar a cabo la Revolución.
El 25 de abril de 1974 a las 0:25, la Rádio Renascença retransmite la canción «Grândola, Vila Morena», de José Afonso, canción revolucionaria que había sido prohibida por el régimen.
Esta era la señal de que se acercaba el momento de cambiar la Historia, pactada por el MFA para ocupar los puntos estratégicos del país.
Teniendo en cuenta la situación de aislamiento de Portugal, las ideas de«democracia», «descolonización» y «desarrollo»se convirtieron en las ideas que guiarían la Revolución.
Al día siguiente del golpe, los ciudadanos, haciendo caso omiso de los llamamientos de permanecer en sus casas, salieron a la calle apoyando a los sublevados.
La imagen que bautizaría este movimiento de liberalización como la Revolución de los Claveles sería la de las manifestaciones espontáneas realizadas por los ciudadanos en Lisboa que, con la ayuda de los floristas, colocaron en los fusiles de los militares demócratas la flor típica de la temporada: el clavel.
De esta forma, en las bocas de fuego de las armas hubo claveles en vez del humo de la pólvora.
Consecuencias de la Revolución de los Claveles
La caída del régimen dictatorial
Las consecuencias de este movimiento fueron, en primer lugar y como se ha mencionado anteriormente, el derrumbamiento del régimen dictatorial, haciéndose cargo del gobierno provisional el general Spínola.
El fin de este régimen, conocido como Estado Novo, permitió que fueran liberados los presos políticos y que se produjera el retorno de los líderes políticos de la oposición que se habían visto obligados a exiliarse, como por ejemplo Mário Soares o el comunista Alvaro Cunhal.
Primeras elecciones tras la dictadura
Un año después, se convocaron elecciones constituyentes estableciéndose una democracia parlamentaria y se garantizó la independencia de las colonias.
Sin embargo, la transición a una democracia no ocurrió de una forma estable o pacífica pues llegaron a sucederse cinco gobiernos provisionales, a cada cual más radical en sus ideas e incluso en marzo de 1975, el Movimiento de las Fuerzas Armadas anunció que se había iniciado la transición al socialismo.
Aunque las elecciones de abril de 1975 dieran la victoria a las fuerzas socialistas moderadas, éstas tendrían que luchar para que los militares revolucionarios dieran la legitimidad que se merecía esta decisión electoral.
La Constitución de 1976
Así pues, una vez apartados del poder los militares revolucionarios, Portugal aprobaría la Constitución de 1976, consolidándose así la democracia en el país.
El elemento que mas llama la atención de este levantamiento es el hecho de que fue incruento, es decir, abrió un nuevo horizonte para los portugueses sin derramar una gota de sangre.