Un estudio de proteínas realizado en varios cuencos de bronce hallados en 2019, han ofrecido a los amantes de la historia un nuevo dato que llama la atención acerca de los usos culinarios de los mongoles, quienes usaban esos cuencos para producir morcillas y leche de yak.
Las ovejas y las cabras fueron los principales animales de los que se extraía la sangre al momento de ser sacrificados. De igual manera, los cuencos presentan restos de fermentación de leche de yak, lo que hace reconocer la domesticación del animal, mucho antes de lo que se creía.
El equipo de investigación es de varios países, la dirección está a cargo de especialistas de la universidad de Basilea, hay presencia del Museo Nacional de Mongolia, junto a científicos del Instituto Max Planck.