Durante la Edad Media se ha revelado que en Báltico al norte de Europa, las tribus paganas que habitaban allí, poseían un intenso comercio de caballos con las regiones de Escandinavia que habían sido convertidas al cristianismo, demostrando que las relaciones entre ambos grupos en apariencia contrarios, fue mucho más dinámica y compleja de lo que se piensa en primera instancia.
El estudio de ADN analizó los dientes de 74 caballos encontrados en sitios de sacrificios paganos, descubriendo que buena parte de estos caballos provenía de Escandinavia.
Los científicos logran rastrear el origen del animal, gracias a las pruebas de isótopos de estroncio, con lo que pueden identificar su huella química y así, conocer de donde provienen los caballos.
Otro dato de importancia es que la comprensión de que los paganos utilizaban solo machos sementales para sus sacrificios, ha quedado rebatida, ya que los investigadores encontraron que un buen número de los sacrificios fueron de yeguas.
Más información: DOI:10.1126/sciadv.ado3529