En «Pecadoras«, encontramos una serie de mujeres que cargaron con el estigma del pecado, fueron marcadas sin haber cometido mas falta que haber intentado ser libres o simplemente sobrevivir del único modo que tenían a su alcance.
Desde las pecadoras de la antigüedad, pasando por damas del Renacimiento y la Revolución como Lucrecia Borgia o Madame Pompadour.
También a algunas ilustres victorianas como Sally Salisbury, sin olvidar a las hijas de la Belle Epoque como la Bella Otero.
Espías como Mata-Hari, modelos de vanguardia como Kiki de Montparnasse o incluso estrellas de Hollywood como Jane Mansfield o Joan Crawford.
Mujeres que, en palabras de la autora del libro ‘Pecadoras’, Victoria Román, «simplemente vivieron de acuerdo a sus deseos sin poner freno a sus apetencias ni a su libertad para elegir cómo y con quién compartían sus camas ni hacia dónde dirigían sus pasos».
Damas influyentes, emprendedoras, musas, espías y vividoras
Pusieron precio a su amor, comerciaron con su cuerpo, fueron tildadas de prostitutas, de rameras, de libertinas, pero ahondando un poco en sus vidas, descubrimos grandes dosis de incomprensión y de injusticia, así como historias fascinantes.
«Pecadoras es un calificativo acusador, como acusador es el dedo de los hombres que señalaron muchas mujeres como ejemplo de todo lo pernicioso y vergonzante a lo largo de la Historia». Con estas palabras, la periodista Vicky Román introduce su libro
En él, encontramos desde mujeres sabias e influyentes de la antigüedad que, usando sus armas de seducción, lograron arañar cotas de poder o escandalizar.
Es el caso de Friné, una de las damas mas bellas de la Antigua Grecia, que fue la amante y modelo predilecta de Praxíteles, que fue acusada de impiedad (delito por el que se condenó a muerte a Sócrates), junto al atrevimiento de compararse con la misma Afrodita.
También mujeres emprendedoras que levantaron sus negocios comerciando con sus cuerpos, o que hicieron avanzar el arte participando en grandes obras como modelos o musas.
Y mujeres que simplemente vivieron de acuerdo a sus deseos, sin poner freno a sus apetencias ni a su libertad para elegir cómo y con quién compartían sus camas ni hacia dónde dirigían sus pasos, auténticas aventureras para las que el mundo que tenían predestinado quedaba demasiado pequeño.
La actriz, activista y sufragista británica Lillie Langtry, Cora Pearl, amante y favorita de príncipes, muchos de ellos de la familia Bonaparte, las cortesanas que concedían favores sexuales a cambio de beneficios, «medrando en las diferentes cortes europeas saltando entre las camas de los reyes y hasta en lechos papales», como fue el caso de Verónica Franco.
Figuras de leyenda como Annie Oackley, en el salvaje Oeste, Genevieve Lantelme, un icono de la moda y una de las mujeres más bellas de la «Belle Époque«, o Marilyn Monroe son algunas de las figuras a las que este libro recupera con magnanimidad a las que brinda un homenaje.