Durante los trabajos realizados en el columbario de San Nicolás, con motivo de su ampliación, han salido a la luz nuevos datos sobre la parroquia, lugar en el que se han hallado aspectos importantes sobre la historia de la Avilés.
Ángel Garralda, anterior párroco, impulsó un proyecto de ampliación con el fin de responder a la creciente demanda de este tipo de espacios.
Su ubicación se encuentra en el subsuelo colindante con la cripta original la cual mantendrá sus usos actuales. Por ello, durante los últimos meses ha sido necesario cerrar la entrada al templo situada en la plaza de Álvarez Acebal, puesto que ha sido necesario levantar el suelo en su totalidad situado bajo el coro de la Iglesia. Una vez terminado el proyecto se recuperará la entrada que conducirá al columbario.
Debido a las características históricas propias del templo, ha sido necesaria la intervención arqueológica en las obras, siendo una de las consecuencias la necesaria autorización por parte de la Comisión del Patrimonio-Histórico Artístico.
Entre los descubrimientos se encuentran 266 enterramientos diferentes, característicos de los siglos XVI y mediados del siglo XVIII, que al situarse dentro del templo es bastante probable que correspondan a Franciscanos y seglares vinculados a la Tercera Orden de los cuales, debido al Concilio de Trento, fue generalizado su enterramiento en suelo sagrado.
Otra de las características sorprendentes ha sido encontrar bastantes enterramientos infantiles. A pesar de que la mayor parte de los restos encontrados se tratan de cuerpos enteros, también, aparecieron huesos sueltos que no se correspondían con ningún cuerpo en concreto.
Dentro de un mes, Sergio Ríos presentará un informe con los detalles sobre los descubrimientos. Ríos explica que lo más importante son los detalles aportados sobre los usos funerarios en Avilés y que hasta ahora eran desconocidos. A pesar de ser enterramientos de gente humilde, sin apenas objetos de valor, se han encontrado pendientes, anillos, un collar de azabache y algunas monedas. Por su importancia destacan dos reales de plata del reinado de Enrique IV de los cuales uno de ellos se encuentra en muy buen estado de conservación.
Todas las piezas halladas se han trasladado hasta el Museo Arqueológico de Asturias como señala el procedimiento legalmente establecido, exceptuando los cuerpos encontrados que seguirán descansando en San Nicolás.