Gracias a una investigación multidisciplinaria que incluyó la introducción de una micro cámara al interior de la tumba de Cerbero en Giugliano, se observó la presencia de un cuerpo cubierto con un sudario en el que se incluían frascos con perfumes y ungüentos.
Los arqueólogos lograron entrar en el sarcófago luego de percatarse que había una grieta, logrando observar el cadáver que se encuentra en excelente estado de conservación debido a las condiciones climáticas de la tumba.
El individuo tenía un abundante ajuar funerario, entre los que destacan varios frascos de perfumes y ungüentos que dan cuenta del cuidado que se dio a su cuerpo, una vez que tuvo su paso al mundo de los muertos.