Mientras se llevaban a cabo las obras de un tren-tranvía en San Fernando, cerca del castillo de San Romualdo, se han hallado los restos de unas termas romanas que datan del siglo I d.C. El descubrimiento nos acerca aun más a la conclusión de que en algún momento hubo un asentamiento romano en el lugar.
Nadie sabía de la existencia de las termas romanas bajo la calle Real, lugar por donde han estado paseando los ciudadanos durante años. En un documento, realizado por los responsables del control arqueológico y entregado a la Consejería de Fomento, se destaca la importancia de este descubrimiento que ha pasado desapercibido hasta el momento.
En el informe se detallan los descubrimientos localizados a lo largo de unos seis kilómetros y que gracias a sus conclusiones se sabe que la calle Real tiene entre sus estructuras modernas mucha más riqueza histórica de lo que se creía.
Además de este descubrimiento, se han venido realizando muchos otros no hace tanto tiempo, entre los que se encuentran los restos de alcantarillado en el entorno de Capitanía y los cañones de la Guerra de la Independencia junto al Puente Zuazu y que acapararon el protagonismo de los medios de comunicación en su momento.
Al principio se pensó que se trataba de un horno de planta cuadrada – un hallazgo más frecuente en La Isla-, pero esta idea se descartó al observar que se trataba de una cámara situada en el subsuelo y que proporcionaba calor a los baños. Lo primero que se encontró de las termas fue un muro constituido por sillarejos unidos por mortero de cal, tenían casi dos metros de longitud y anchura de medio metro.
Mediante las excavaciones se visualizó que parte del pavimento estaba formado por un conjunto de ladrillos pegados entre sí y que formaban parte de una estructura más amplia de cuatro filas de columnas enmarcadas en un muro de piedra ostionera. El conjunto se encontraba deteriorado por un prisma de telefonía y por un alcantarillado antiguo lo que ha dificultado especificar sus dimensiones reales.