En Mesoamérica los mayas y aztecas empleaban el chocolate con fines medicinales y para sus ceremonias. A pesar de que posiblemente no sea un cultivo originario de la región, pensaban que fue descubierto por los dioses, que lo entregaron a los hombres. Los mayas celebraban un festival anual con rituales en honor al dios del cacao Ek Chuah. Actualmente, existen diversas muestras arqueológicas de estas ceremonias.
El uso del chocolate comenzó en el Nuevo Mundo de la mano de la civilización Olmeca (1500–500 a.C.), y se mezclaba con especias para fines curativos o como obsequio. Las élites mayas lo tomaban como bebida normalmente caliente y acompañada de especias y potenciadores de sabor que solo podían permitirse los más apoderados. Los colonos españoles rechazaron su contenido de especias, que sustituyeron por ingredientes más dulces. Así, es como llegó al Viejo Mundo en el siglo XVI.
Se han hallado miles de vasijas precolombinas con grabados del tipo: “esta es una vasija para el chocolate”. Estas se usaban como elemento del ritual para la vida ultratumba, según análisis de los restos.
Las antiguas comunidades de Mesoamérica practicaban un proceso muy laborioso para elaborar el cacao. Primero fermentaban el cacao para permitir una serie de procesos químicos que, sumados al aumento de la temperatura de las semillas reducen la acidez. Por último, los granos se dejan secar al sol durante días, se asa para molerlo y se retira la cáscara.
Para estos pobladores, las semillas de cacao eran tan valoradas que servían como moneda, y las bebidas producidas, servían como ofrenda a los dioses y champán de la época.
Como medicina servía para atenuar el sabor fuerte de medicamentos, o para reducir la ansiedad o el asma. Asimismo aporta mucha energía e incrementa el apetito sexual. El cacao verde, por su parte puede tener un efecto embriagador, con la consiguiente alteración del estado anímico.
Aún se desconoce si el árbol de cacao es originario de Mesoamérica, pues se necesitan una serie de condiciones atmosféricas para que se desarrolle. Sin embargo, no hay prueba de que el cacao haya sido introducido en Sur América por pobladores antes que la época moderna. En Mesoamérica y Suramérica existen unas cuevas que presentan un microclima perfecto para el cultivo del árbol de cacao, pero aún hoy se investiga esta posibilidad.
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