Vida de Arnaldo de Torroja
Nació alrededor de 1122 en Solsona, siendo hijo de Bernat Ecard de Torroja y su esposa Valença. Su padre formaba parte del círculo político de los Condes de Urgell.
Participó en las conquistas de Tortosa en 1148 y en Lleida en 1149 bajo las órdenes del conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV.
Fue el primer benefactor del recién fundado Monasterio de Poblet, al que concedió algunas de las tierras que Ramon Berenguer IV le había dado en Lleida a raíz de la conquista.
Antes de ingresar en la Orden del Temple, Arnau ya había manifestado su preferencia por los templarios haciéndoles varias donaciones de sus propiedades. En agosto de 1153 donó sus bienes en Tortosa a la Orden del Temple y en diciembre de 1162 ingresó en la Orden en el convento de Gardeny.
Unión a la Orden de los Templarios
Como miembro de la Orden Templaria, asumió la responsabilidad de dirigir todas las casas y miembros de la orden en los territorios de Provenza, los condados catalanes, Aragón y Navarra.
Durante su gobierno la Orden del Temple implantó una red de cofrades, la mayoría nobles y caballeros, que le supuso una gran implantación social.
Estos benefactores eran laicos que querían ser considerados miembros de la orden y beneficiarse de los privilegios de los frailes.
En 1180, fue elegido gran maestro de la Orden del Temple sucediendo a Eudes de Saint-Amand que murió en Damasco.
Su etapa de gobierno estuvo marcada por las querellas entre Templarios y Hospitalarios provocados por el crecimiento de la influencia y el poder político de los Hospitalarios.
Arnau aceptó la mediación del Papa Lucio III y del rey Balduino IV de Jerusalén para poner fin a la disputa.
En 1184, la situación política fue a peor cuando Reinaldo de Châtillon, ayudado por los Templarios y los Hospitalarios, asoló por su cuenta los territorios musulmanes de Transjordania. Arnau negoció una tregua con Saladino que estaba decidido a vengar las incursiones.
Arnau de Torroja y el gran maestre de los Hospitalarios volvieron a occidente con el objetivo de obtener apoyo de los reyes cristianos y del Papa para enviar una nueva cruzada y reforzar los estados cristianos de Tierra Santa.
Durante el viaje, Arnau cayó enfermo y murió en Verona en septiembre de 1184. Fue enterrado en la iglesia del Templo de San Vitale en la ciudad de Verona.