El subsuelo español parece ser una fuente inagotable de vestigios romanos, que esta vez han aparecido en Camós (Girona), durante la construcción de un desvío de carretera que atravesaba el yacimiento de Vilauba. Durante las excavaciones de las obras se han descubierto los restos de una antigua terma, de los que se conserva un frigidarium (baño de agua fría), dos caldari (salas de baño caliente) y una zona de trabajo.
La superficie total del baño público abarca unos 150 metros cuadrados y sus muros están construidos con travertino, una piedra marmórea común en las construcciones romanas de la zona. Las fechas que se barajan apuntan a que fue construida en el siglo I d.C. y que su uso se extendería hasta el III, cuando un incendio asoló los edificios de la localidad de Vilauba.
Como se ha mencionado, las investigaciones han podido identificar las salas de la terma desenterrada: un frigidarium, dos caldari, uno de los cuales podría haberse usado como sauna o sudarium, vestuarios (apoditeri) y zonas de letrinas. Así mismo, otros espacios para dar servicio a los baños como un espacio de trabajo y almacén de leña, un horno y una caldera que serviría para calentar el agua de los baños calientes.
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La Diputació de Girona y las instituciones municipales propietarias del yacimiento han paralizado las obras con motivo del descubrimiento y ya están planeando su conservación y protección, que en principio consistirá en una cubierta provisional que permanecerá hasta que los arqueólogos reanuden sus actividades de extracción. El deseo es construir una cubierta permanente y debidamente aislante que permita la visita del público.