Biografía de Canaletto, el genio del Vedutismo

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Como pintor italiano por excelencia de Venecia del siglo XVIII, Canaletto se constituyó como uno de los mayores exponentes del Vedutismo (un género novedoso de lienzos sobre vistas de la ciudad y paisajes), el cual fue un gran auge dentro de la sociedad noble del momento, especialmente la británica.

Vida de Canaletto

Giovanni Antonio Canal, mejor conocido como Canaletto, nació el 18 de octubre de 1697 en Venecia y falleció el 19 de abril de 1768 en la misma ciudad.

Perteneció a una familia de nobles, cuyo padre sería su mayor influencia, Bernardo Canal, quien era pintor. Esta es la razón por la que más tarde adoptaría el nombre Canaletto, para distinguirse de su padre.

Familia de Canaltto

La madre de Canaletto fue Artemisia Barbieri y su padre Bernardo Canal. Tuvo un hermano de nombre Cristoforo. El artista se formó con su padre, quién se dedicaba a realizar representaciones para el teatro, especialmente de escenografías de Vivaldi y Orlandini, entre otros.

Primeros pasos de Canaletto en el arte

Como era de esperarse, con un padre pintor, Canaletto inició con él en su taller. Desde muy temprano se vio en torno a ello, siendo para él de influencia.

De esta manera comenzó a vincularse con diversos y grandes paisajes urbanos, a medida que comienza a estudiar con Luca Carlevarijs, un pintor especialista en escenas callejeras.

Sin embargo, no sería solo esta su influencia, aunque efectivamente sí fundamental, donde también hay que destacar al pintor y escenógrafo Marco Ricci. Con su padre trabajó entre 1716 y 1719, año en el que se desplazan hacia Roma donde trabajaron en las decoraciones de las óperas de Scarlatti.

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Arco de Constantino en Roma. Canaletto, 1742. Crédito: Dominio Público.

Es durante este viaje a Roma que inicia la dedicación hacia la pintura paisajística, influenciado de los pintores flamencos, así como del italiano Giovanni Paolo Pannini, gran pintor de la época.

Regreso a Venecia

Hacia 1721 regresó a Venecia, donde comenzó a reflejar en sus obras aquella belleza que reencontró en su propia ciudad. Con ellos, obtuvo gran éxito, especialmente entre los turistas europeos, tras lo que se comenzaría a conceder diversos patrocinios extranjeros.

Además, se registró en el gremio de los pintores, en el que se quedaría hasta 1767.

Primeros encargos

Hacia 1723 el príncipe de Liechtenstein, Stefano Conti, le encargó cuatro obras que desarrolló con gran dedicación, según la documentación que el mismo príncipe recolectó especialmente para una serie de televisión sobre Canaletto.

Durante esta época trabajó la pintura al natural con la gran maestría que le caracterizó, captando con gran exactitud el claroscuro, la luz y la sombra que se producían a causa de las nubes y el sol.

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Entrada al Arsenal. Canaletto, 1732. Crédito: Dominio Público.

Abandono de la pintura al natural

Mientras tanto, en la década de 1730 abandonó la pintura al natural para desarrollar creaciones a partir de bocetos y grabados, formas diversas con la finalidad de acelerar su trabajo, pero conservando la perfección a partir de la precisión.

Empleó, asimismo, una suerte de diversos artilugios para su beneficio, como la cámara oscura, la cual proyectaba la imagen que el artista quisiera reproducir. Era muy común en la época usar tal mecanismo, por diversos pintores, para la ejecución de sus lienzos.

 A partir del estallido de la guerra con Austria hacia 1740, el número de turistas que asistían a Venecia disminuyó considerablemente, razón por la que el trabajo del artista se vio afectado.

El primer mecenas

Tiempo antes de que comenzara la guerra con Austria, Canaletto habría iniciado una amistad con quién fue uno de sus mejores y mayores clientes, convirtiéndose no solo en su mecenas, sino en el embajador de su obra, Joseph Smith, un cónsul inglés en Venecia.

Este mismo mecenas, próximamente le animaría a pintar los monumentos romanos de Padua. De esta manera el artista mezclaría las imágenes de la Ciudad Eterna junto a las de Padua, con gran maestría e imaginación muy personal. Todo esto daría lugar a los cuadros denominados Caprichos.

Época inglesa en Londres

Hacia 1746 se trasladó a Londres, donde permanecería hasta 1756. En gran medida, tal traslado fue forzado considerando la guerra de sucesión austríaca, causante de que los visitantes ingleses dejasen de ir hacia Venecia para adquirir sus cuadros como parte de recuerdos de turistas en lo que se denominó el Grand Tour.

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Puente de Westminster, Canaletto, 1747. Crédito: Dominio Público.

Durante este periodo, la policromía de sus cuadros cambió, esto gracias a la luz londinense. Con ello, abandonó la disposición de luz que había desarrollado en Italia.

Quizás esto habría sido el motivo por el que la calidad de gran parte de sus obras decayera de manera considerable, según la crítica.

Regreso a Venecia y etapa final de su vida

En 1763 regresó a Venecia lo eligieron de manera oficial miembro de la Academia de Bellas Artes. Algunas de las obras que realizó durante esta época son El Gran canal de Venecia con el puente de Rialto y la Plaza de San Marcos, ambos se encuentran actualmente en el Museo del Prado, en Madrid.

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Plaza de San Marcos. Canaletto, 1730. Crédito: Dominio Público.

Muerte de Canaletto

Durante sus últimos años de vida, su técnica se caracterizó por un estilo poco menos elaborado, especialmente por realizar muchas repeticiones de paisajes de manera casi sistemática. Muchos lo consideraron a posterior como el pintor de las postales.

Falleció el 19 de abril del año 1768, con 70 años de edad. Dejó, sin embargo, una importante obra para el romanticismo a posterior. Asimismo, la idea de lo pintoresco adorado años después por los románticos ingleses.

Obras más representativas de Canaletto

Canaletto fue un artista que produjo obras casi en masa. No en vano es considerado como el artista de la estampa, porque vivió una época que le ayudó a desarrollar esto, y lo supo aprovechar al máximo gracias a sus grandes conocimientos, maestría y detalle en cada pincelada.

Muchos paisajes se repiten, pero como si se tratase de una fotografía realizada de un mismo lugar, desde puntos diferentes y en momentos del día distintos, Canaletto lo logró con el óleo sobre el lienzo. Es por ello que nos hemos limitado solo a tres de sus obras de tres momentos particulares de su vida artística.

Entrada al Gran Canal, 1730

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Entrada al Gran Canal de Venecia. Canaletto, 1730. Crédito: Dominio Público.

Canaletto realizó muchas obras de estilo vedutismo, el cual consistía en retratar diversas estampas urbanas de Venecia. Tales estampas, mejor llamadas hoy día, postales. Lo llevaron a realizar múltiples óleos de lugares más representativos de la ciudad; la Entrada al Gran Canal fue una de ellas, la cual realizó varias veces desde muchos puntos de vistas, en horas diferentes del día.

Tal subgénero fue propio del rococó fue desarrollado por Canaletto mostrando una Venecia moderna en torno de una gran industria del turismo que comenzaba a crecer; gracias a ello, fue un gran medio para que muchos artistas hicieran negocios y dinero.

Se observa en esta representación el gran dominio de la perspectiva que plasmó Canaletto, sin dejar de lado la maestría en la luz. Cada detalle, incluso del reflejo de los edificios sobre el lago, el levísimo movimiento del agua, el azul del cielo en conjunto de las nubes, y todo el complejo arquitectónico que casi parece real, como si de una fotografía se tratase.

Se dice que Canaletto, así como muchos otros artistas, empleó el uso de la caja oscura para lograr tantos detalles que tocaron la perfección en obras como esta. Se trata de un óleo sobre lienzo de 49.5 x 72.5 centímetros, actualmente ubicado en el Museum of Fine Arts de Houston, Texas, Estados Unidos.

Londres visto a través de un arco del puente de Westminster, 1747

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Londres visto a través de un arco de Westminster, de Canaletto. Crédito: Dominio Público.

Esta obra de Canaletto forma parte de su etapa inglesa, en la cual dice la crítica comenzó a decaer considerablemente. Efectivamente, el artista reprodujo una gran cantidad de paisajes Venecianos exclusivo para la venta de los turistas, a raíz de la guerra austríaca, migró a Londres, donde se encontraban la mayoría de sus compradores.

En esta ciudad, el comportamiento de la luz ya no sería el mismo, por lo tanto, el resultado de su obra tampoco lo sería.

Debemos recordar que hablamos de una época donde múltiples invenciones estaban surgiendo, y con ello el principio de la fotografía con la cámara oscura, la cual empleó el artista en muchas oportunidades.

Asimismo, nos encontramos con una suerte de postal que nos muestra Londres a través de una suerte de ventana natural creada por el puente de Westminster a partir de uno de sus arcos. Siendo ordenado por uno de sus admiradores Sir High Smithson, quién además fue de los que más invirtió en tal construcción.

Este mismo puente, sigue repitiéndose en las obras siguientes de Canaletto, lo que comienza a hacer de su obra repetitiva, pero sin dejar de lado los detalles, incluso con el mismo puente en este lienzo que casi podemos sentir muy de cerca, mientras a lo lejos, se difuminan las construcciones, salvando uno que otro edificio, con una luz mucho más tenue, opaca, y escaza.

Scala dei Giganti, 1765

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Scala dei Giganti. Canaletto, 1765. Crédito: Dominio Público.

Scala dei Giganti forma parte de la etapa final de Canaletto, una vez regresa a Venecia. A pesar de que durante este periodo su obra se tornó un tanto más oscura, predominando las mismas tonalidades, esta obra parece ser una de esas excepciones.

Canaletto vuelve a apropiarse de un enmarcado natural a través de un arco, en este caso, de una construcción arquitectónica completamente diferente a la del puente, casi imperceptible, pero que podríamos asumir se trata de un edificio.

Este óleo sobre lienzo de 42 x 29 centímetros, actualmente conservado en una colección privada en México, muestra la maestría que siempre tuvo Canaletto para describir con su pincelada cada detalle arquitectónico, con una iluminación perfecta que nos acerca mucho a la fotografía.

Observamos la sombra generada por los edificios, las personas caminando capturadas de manera imprevista y de forma casual; todo sin dejar de lado cada detalle que decora aquél edificio que se muestra. Si esta eta muestra una suerte de etapa oscura de Canaletto, no parece evidenciarse en esta obra maestra.

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