Carl Gustav Jung (26 de julio de 1875 – 6 de junio de 1961) fue un psicoanalista y exponente de la psicología profunda que ideó importantes teorías relacionadas a los procesos inconscientes, psíquicos y espirituales de las personas. Sin embargo , lo que lo diferencia de la psicología tradicional fue que no se colocó limitaciones empíricas y exploró numerosas posibilidades relacionadas a la parapsicología y el ocultismo.
Por lo tanto, a pesar de que la psicologìa se nutrió de numerosos aportes de su parte, ha sido un representante sumamente criticado por su interés en la mitología, la religión y el espiritismo.
Sin embargo, esto no ha evitado que su trabajo se propagara y fuera utilizado para distintos enfoques terapéuticos, tanto en la psicología como en otras prácticas relacionadas con sistemas de ayuda no occidentales como los rituales de sanación de los Navajo y el Tarot, que según Jung, estaban profundamente vinculados.
Muchos lectores consideran al igual que Jung, que esta otra dimensión que se puede observar en la vida le da al mundo un toque de perspectiva y profundidad que hoy podemos desentrañar.
La evolución de los estudios de Jung
Jung fue un joven estudioso y apasionado por encontrar explicación a los fenómenos de la mente y del alma, apenas con 19 años comenzó a conversar con espíritus de almas fallecidas en sesiones de espiritismo.
Durante este proceso se encontraba en compañía de las mujeres de su familia, quienes lo rodeaban para dar soporte y favorecer la conexión. Más tarde continuaría acompañándose de médiums al realizar sus prácticas, incluyendo a su madre y luego a su hija.
Para 1897, como estudiante en la Universidad de Basel, ofreció una conferencia sobre ocultismo y parapsicología en la que habló acerca de los espíritus basándose en fenómenos como la telequinesis, la clarividencia, los sueños proféticos y los mensajes de los espíritus de fallecidos.
A su vez, Jung define a los espíritus como complejos autónomos “inconscientes” que aparecen como proyecciones dada su falta de asociación directa con el ego y se pueden presentar en forma de fantasías patológicas.
En suma, Jung logró relacionar este mundo espiritual con sus teorías más famosas e importantes, como lo son el inconsciente colectivo y los arquetipos. De ese modo, otorgó un mapa para el autoconocimiento, la orientación y la búsqueda espiritual, permitiendo a todos los que han llegado a conocer su obra comenzar a vivir con sentido.
El libro anónimo de Jung
Aunque Jung no ocultó sus inclinaciones, durante toda su carrera ocultó bastantes aspectos de su vida privada y de su crecimiento personal-espiritual, por lo que no fue posible conocer mucho de su historia hasta que a la edad de 80 años llegó a publicar su autobiografía.
No obstante, hay que destacar un libro que jamás en vida aceptó escribir y que marca un antes y un después respecto a sus capacidades espirituales superiores.
Lo que sucedió para 1925 fue la aparición espontánea de un libro anónimo titulado Septem Sermones ad Mortuos, traducido Siete sermones de los muertos, una obra concebida no desde su psique sino con una técnica de dictado, es decir que toda la información plasmada fue dictada por un espíritu (arquetipo del ánima) que le hablaba desde otro plano. Aún más, la autoría de Jung solo fue confirmada después de su muerte y los Junguianos continúan negando su divulgación para no afectar la reputación del maestro.
Al respecto, los detalles de este libro muestran que el nombre de la entidad era Filemón o Basílides, el antiguo maestro gnóstico-mitraico de Alejandría, quien hablaba de una poderosa deidad que existe lejos de la mirada humana, un ser más allá de Dios y Lucifer que se llama Abraxas.
El inconsciente colectivo de Jung
Entre sus aportes más relevantes dentro de la psicología analítica propuesta por Jung se encuentran dos conceptos fundamentales que se tomó el tiempo de diferenciar.
En este caso se trataba de las formaciones psíquicas inconscientes dividiéndolas en inconsciente personal, de carácter superficial y que es propio en cada persona y el inconsciente profundo, donde se encuentra el repertorio de todas las experiencias recogidas por nuestra especie.
Este es un elemento supraindividual que puede explicar cómo los aspectos simbólicos de la naturaleza y otros temas mitológicos se asemejan tanto en culturas distintas y aisladas unas de otras.
Retomando, el inconsciente colectivo fue definido como un compendio de recuerdos e ideas que todos compartimos, con ellos es posible identificarnos indiferentemente a nuestras costumbres o épocas, este aspecto innato es como un almacén de experiencia. Esta clase de memoria de base heredada contiene información de nuestra evolución generación tras generación.
También busca arrojar una explicación al contenido de los sueños y a la similitud entre las visiones que las culturas ancestrales creen y convierten en mitos. Asimismo, incluye el estudio de las formas de accionar y respuestas que tenemos ante una situación que se ve influida por conocimientos inconscientes, fuerzas que se solapan o se contraponen.
En tanto, al referirnos a estas fuerzas, hablamos de fuerzas consciente, inconsciente, emocionales o espirituales que influyen tanto en los contextos o situaciones como en el comportamiento humano, para llevar eso a la claridad se pueden interpretar ciertos símbolos, por ejemplo, con prácticas como el Tarot.
Los registros akashicos y en inconsciente colectivo
Jung explicaba que con mucha práctica e introspección es posible “navegar con el pensamiento” en el tiempo, recogiendo información valiosa del conocimiento universal, esto es lo que algunas culturas orientales denominan registros Akashicos.
Este término hace alusión al espacio inmaterial en el que se acumulan las experiencias y al acceder a estas memorias inconscientes sería posible sanar su malestar o liberar el karma. Como se puede apreciar, este plano implica tal inmensidad que contiene todas las memorias de naturaleza energética de cada manifestación del universo.
Los arquetipos
Finalmente, el segundo gran aporte de Jung para los fundamentos psicológicos de la psicología profunda fue lo arquetípico o el “fundamento libidinal”.
Los ha definido como patrones universales que residen en el inconsciente colectivo y que forman parte de nuestras motivaciones básicas. Estos motivadores de sentimientos, conductas y pensamientos son “demonios” que sobre nuestra voluntad se relacionan a nuestros impulsos y su presencia perenne en nuestras tendencias intelectuales, artísticas y espirituales.
Aunque su teoría es extensa cabe resaltar 3 dimensiones fundamentales:
Eventos arquetípicos
Constan de sucesos decisivos, los cuales se componen por el nacimiento, la muerte, el momento de la separación de los padres, iniciación, el matrimonio y la unión a los opuestos.
Figuras arquetípicas
Aunque los arquetipos son ilimitados, las figuras particulares, notables y recurrentes se componen por la gran madre, seguido del padre y encontrándose posteriormente el niño, el diablo, Dios, el anciano sabio (y su contraparte femenina), el trickster y el héroe.
Motivos arquetípicos
El apocalipsis, el diluvio y la creación son los componentes de los motivos arquetípicos y mas allá de ello definir todos los arquetipos es inútil. Cabe mencionar los principales: el ánima, el ánimus, la sombra, el anciano sabio, el niño, la madre y la doncella. Sin embargo estos no dejan de combinarse entre sí e intercambiar sus cualidades.
Para saber más sobre la obra de Jung, puedes visitar la web del Instituto Jung.