Características del Arte Románico: historia, arquitectura, escultura y pintura

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¿Qué es el arte Románico?

Fue la etapa románica todo un movimiento artístico que surgió en Europa a causa de la gran prosperidad espiritual que abarcó los siglos XI al XIII.

Llamamos movimiento artístico porque así sería catalogado por investigadores en el siglo XIX, ya que en su momento no era considerado como tal.

El arte cumplía funciones espirituales en gran medida, y la práctica tanto pictórica como escultura, contenía finalidades educativas más que estéticas.

¿Cómo surgió el arte Románico?

La época Románica se desarrolla a raíz de de la ruptura surgida en el Imperio de Carlomagno hacia el siglo IX, esto gracias a las ambiciones que sus nietos tenían. Estas monarquías que luego surgieron, muy débilmente, tras las ruinas del Imperio, empujó a que los reyes pactaran con los feudales considerando que éstos controlaban muchas regiones.

Es esto a lo que ahora llamamos feudalismo, en la que toda Europa se ruralizó de alguna manera. De tal manera que comienza a depender mucho más de la agricultura, a medida que, por otro lado, la industria y el comercio se iban estancando.

Sin embargo, la llegada al trono francés de los Capeto, fue el fin de las invasiones vikingas.

Es así como se inicia la reconquista en la península ibérica comenzó a generar un poco de estabilidad a Europa Occidental, y con ello, floreció el arte Románico, el cual se mantendría desde el siglo XI hasta el siglo XIII, cuando comienza a ser desplazado por el Arte Gótico.

El arte Románico

Iglesia románica Saint-Michel de Murato. Crédito: Depositphotos

La idea principal del arte Románico consistía en la creación de un arte homogéneo y unitario. Se considera el primer estilo internacional de la cultura Occidental propiamente.

Un arte, ante todo, al servicio de Dios y de la Iglesia. Buscaba instruir a todas las personas al conocimiento de las sagradas escrituras.

Asimismo, el arte Románico representaba la unidad espiritual de Europa pese a las divisiones políticas que existieron. Sin embargo, el arte Románico tomó como base el arte Romano, de allí su nombre; aunque finalmente, cada uno de ellos configuró su propio estilo.

Arquitectura Románica

Monasterio de Montecassino. Crédito: Depositphotos.

La arquitectura Románica, y el arte en general surgido en esta época, solo fue posible gracias a las órdenes monárquicas.

Si nos vamos al pasado, hacia el año 530 y miramos al monje Benito de Nursia fundando la Abadía de Montecassino, y tras ello, la Orden Benedictina, la cual tuvo una gran expansión tanto en Francia, como en Germania.

Todos estos monjes Benedictinos tenían la finalidad de buscar a Dios a través de tres votos fundamentales: castidad, obediencia y pobreza. Estos monasterios atrajeron la curiosidad tanto de nobles, como de reyes, colmándolos a partir de allí, de diversos privilegios.

Hacia el año 911, Guillermo el Piadoso, el Duque de Aquitania, realizó la donación de una villa en Borgoña al Papa Sergio III, donde se construiría la Abadía de Cluny II. Aunque haya sufrido diversas transformaciones a lo largo del tiempo, su versión primera, románica, tenía cinco naves como base fundamental.

Además de ello, la Abadía de Cluny II también tenía dos cruceros y una girola con cuatro con cuatro absidiolos. Asimismo, en la fachada constituía dos torres de cada lado que funcionaban como campanarios.

Sin embargo, los monjes cluniacenses tuvieron conflictos con los benedictinos, especialmente por tal corrupción, de tal manera que decidieron realizar reformas para retomar la austeridad.

De tal manera que se fue multiplicando por Europa la fundación de monasterios cluniacenses fundamentados en un estilo arquitectónico único para tal momento, dando su origen al año 1000.

Y así, tanto los monasterios como las iglesias y el resto de las construcciones arquitectónicas desarrollaron un patrón similar que se caracterizó como Románico.

Características de la arquitectura románica

Los monasterios principalmente, poseían un núcleo central como parte de sus edificaciones, el cual era el claustro, también llamado patio central. Este centro solía ser cuadrado rodeado por un pórtico, articulándose el resto de las dependencias en su entorno.

Claustro de la Concatedral de San Pedro en Soria. Crédito: Depositphotos.

El comedor estaba ubicado en el Refectorio; mientras que el espacio para las reuniones se ubicaba en la Sala Capitular, mientras que los dormitorios estaban en las celdas. Uno de los espacios más destacados fue, sin duda, el Scriptorium, conocido hoy como biblioteca.

Fue, en estas bibliotecas, donde los monjes ejecutarían los manuscritos de los textos antiguos, tanto las transcripciones como las traducciones. Gracias a esta labor de los monjes, hoy día aún se conservan muchas de las obras tanto de Roma como de Grecia, entre otros.

Los monjes de Cluny fueron, entonces, muy importantes para su época, especialmente por su culto a las reliquias sagradas del cristianismo.

Sin embargo, fue el Camino de Santiago lo que tomaría mayor relevancia para estos monjes.

Se trata de un supuesto recorrido realizado por el apóstol Santiago hasta Aseconia, un poblado ubicado en Galicia, al que luego llamarían Santiago de Compostela.

Todas las personas eran sumamente religiosas para ese entonces, siendo casi el año 1000. De tal manera que se comenzó a generar un gran flujo de peregrinación por parte de los peregrinos, siendo este el tránsito a la apertura del gran flujo de viajes que se comenzó a realizar en Europa de forma comercial.

Como se trataba de negocios, los Cluny no podían quedarse atrás, creando rutas de peregrinación para guardar las reliquias, decoradas además, con una gran maestría lujosa.

Comenzaron las creaciones de los templos inspirados en las basílicas romanas, de tres a cinco naves, con la central más ancha y alta, así como una cabecera en forma de ábside y un transepto corto.

Aunque con el tiempo, esto evolucionaría, hasta llegar al prototipo de iglesia con planta de cruz latina ideal para la peregrinación, cuyo transepto sería más largo.

Asimismo, contendría pequeñas capillas de nombre absidiolos alrededor de la cabecera. Se le añadió la girola o el deambulatorio, un pasillo que salía de las naves laterales rodeando el presbisterio.

Materiales más empleados en la arquitectura románica

De los materiales más empleados en las construcciones arquitectónicas durante el periodo Románico fueron los bloques de piedra labrado, empleados para la formación de las paredes.

La mejor manera de hacer uso de ellos era a partir de dos capas finas de sillería colocando en medio, una masa de ripio.

La masa de ripio eran grupos de piedras pequeñas que procedían del tallado de los sillares. También usaban una piedra un tanto más pequeña conocida como sillajero, de un peor ajusto, así como labrado.

Estos se sacaban a partir del martilleo directo en la piedra bruta, sin ningún otro trabajo ni pulitura.

También se usaba el mampuesto que consiste en una piedra no labrada, o en todo caso el labrado era muy tosco.

De igual modo, se usaron materiales tales como el ladrillo, especialmente usada en la zona de España, así como también la madera, usada generalmente en las cubiertas de los templos no abovedados. Por supuesto, se usó mucho el barro, en especial para la construcción de las tejas.

Obras más destacadas de la Arquitectura Románica

En general, los templos arquitectónicos de estilo románico son bastante pesados, especialmente por el uso de robustos pilares. Muchos de estos pilares poseían forma de cruz. Muchos de estos tenían, además, columnas adosadas en los que podremos encontrar capiteles, lugares especiales para la decoración pictórica.

Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay

Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay. Crédito: Depositphotos.

La Abadía de Vézelay conocida en la actualidad como Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay, ubicada en Francia, encontramos claramente un estilo románico pero con connotaciones del estilo borgoñón, también bastante común, por ejemplo, en la Iglesia de Saint-Étienne en Nevers.

Fue construida en el año 1037 por el abad de Vézelay, Geoffroy como culto a María Magdalena, siendo un lugar de peregrinación por excelencia.

Iglesia abacial de Santa Fe de Conques

La Iglesia abacial de Santa Fe de Conques, ubicada en la comuna francesa de Conques, fue de especial uso por los peregrinos que solían hacer el camino de Santiago.

Considerando que el nombre de esta Iglesia viene dado por Santa Fe, una joven que se dice habría sido martirizada, cuyos restos terminaron como una reliquia sagrada dentro de esta iglesia.

Aunque sea bastante simple su interior, con escasa decoración, el tímpano de la fachada se destaca con un extraordinario relieve del Juicio Final.

Iglesia de Notre-Dame la Grande de Poitiers

Iglesia de Notre-Dame la Grande de Poitiers
Iglesia de Notre-Dame la Grande de Poitiers. Crédito: PMRMaeyaert en Wikimedia.

Aunque la Iglesia de Notre-Dame la Grande de Poitiers se considera de un estilo románico tardío, especialmente por notarse el inicio de la fusión con el gótico por la cristalería evidente de la pared frontal; de igual manera forma parte del estilo románico.

Su construcción data del siglo XI en la ciudad francesa de Poitiers en la región de Poitou-Charentes, cuya consagración fue dada por el Papa Urbano II, quién era en ese entonces solo el cardenal obispo de Ostia.

La Catedral de Pisa

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Catedral y torre de Pisa, Italia. Crédito: Depositphotos.

En Italia, por otro lado, se dio un románico de rollo lombardo, el cual se caracterizó por el empleo de materiales denominados pobres, tales como el sillarejo. Aunque no tan influyente, algunas de sus construcciones destacan de tal manera, que muchas tienen gran fama, tal como la Catedral de Pisa.

La Catedral de Pisa posee un baptisterio y una torre-campanario inclinada, cuya característica fundamental de esta triada de elementos es que no están adosados entre sí, sino que se realizaron por separado. Tal construcción sería dedicada a la Asunción de la Virgen, siendo sede episcopal de la ciudad.

Dejando aclarado que, la Torre de Pisa no fue construida inclinada, sino que fue tomando esta posición por los pilares que hicieron, así como la inestabilidad del terreno, siendo este muy endeble para tal construcción.

Iglesia de Saint-Michel de Murato

Si bien toda Europa poseía similitudes en tanto a las construcciones arquitectónicas religiosas, cada región contenía sus particularidades. En la zona de la Toscana, por ejemplo, se observan algunas construcciones con mármoles coloreados, así como con negro basalto que incluso asemejan a los Legos.

Tal es el caso de la Iglesia de Saint-Michel de Murato, ubicada en la región de Córcega, Francia; clasificado, además, como Monumento Histórico en 1840. Su fachada particularmente policromada, ejercida así por la alternación de tonalidades de rocas en su construcción, asemejando a un tablero de ajedrez, típico de muchas construcciones de la Toscana, aunque con la particularidad de ser mucho más pequeña.

Catedral de Durham

En el norte de Inglaterra, se desarrolló la Catedral de Durham. Ya para esta zona europea se ejercieron algunas particularidades arquitectónicas, tales como las bóvedas de ojivas de esta catedral, las llamadas bóvedas de crucería, típicas más adelante en el estilo gótico.

Esta es una de las catedrales que llevaba el típico estilo llamado románico anglo-normando, debido a las invasiones dirigidas por Guillermo el Conquistador hacia 1066.

Monasterio de San Salvador de Leyre

El Monasterio de San Salvador de Leyre, también conocido como monasterio de Leyre, es una de las más importantes obras de estilo románico de España. Fue allí donde se enterraron a los primeros reyes de Navarra. Aun se encuentra en un muy buen estado de conservación.

Escultura románica

La escultura románica no tuvo tanto auge como la arquitectura. Esta consistió, básicamente, en los relieves de estas construcciones, especialmente de temáticas religiosas. La proporción era la menor de las preocupaciones de los artistas (o artesanos, como eran conocidos en la época); no era la belleza de las formas lo que perseguían.

La función de la escultura románica era tan práctica, como didáctica en su mayoría, se fundamentaba en la enseñanza bíblica a partir de las imágenes esculpidas dentro de las iglesias. De tal manera que lo importante era el contenido, no la belleza de sus formas.

El naturalismo no estuvo nada cerca de estas esculturas, la idea era que se adaptaran a las paredes o columnas como forma decorativa e informativa. Además, la escasez de expresiones en las figuras era característica, así como la rigidez, sin mostrar sensación de movimiento.

Era típico encontrar estas figuras escultóricas en los tímpanos de las iglesias a modo de relieves. Generalmente se mostraban imágenes de Jesucristo triunfante, de los evangelistas e incluso del Pantocrátor. Aunque también se encontraban relieves en las arquivoltas, en el parteluz, así como en las jambas de las puertas.

Se solía decir, de hecho, que los escultores de esta época artística tenían un horror al vacío por no dejar espacios vacíos entre una u otra cosa. En este caso, los capiteles eran mayormente considerados según sus cuatro formas particulares:

  • El capitel historiado por contarte una historia a través de sus esculturas.
  • También, el capitel figurativo, llamado así por tener figuras de animales y humanas.
  • El capitel de ornamentación geométrica.
  • El capitel con decorativo vegetal.

Escultura exenta

También se puede encontrar algunas esculturas denominadas exenta. Son aquellas que no están adheridas a las construcciones arquitectónicas, tanto a las paredes como a los capiteles. También algunas esculturas de bulto redondo: aquellas que, desde todos los ángulos, podemos apreciar.

Eran comunes las esculturas de la Virgen con el niño Jesús, así como las de Cristo Crucificado, realizadas en su mayoría de madera policromada o marfil. Otro tema bastante común era, también, los que se relacionaban al Juicio Final, o temas en general que aludían al pecado y al demonio. Como bien hemos dicho, la función principal de todos estos temas era educar a las personas que, especialmente, no sabían leer.

Son pocos los escultores que actualmente se conocen sus identidades, algunos vivieron en Lombardía, tal como Benedetto Antelami como autor del Púlpito de la Catedral de Parma, cuyo relieve del Descendimiento aún se conserva. Otro conocido fue Bonnano de Pisa, quién realizaría relieves en diversas puertas de bronce tanto en la Iglesia de Monreale como en la Catedral de Pisa.

Pintura románica

Así como la escultura, la pintura románica estuvo subordinada a la arquitectura; de tal manera que se podrá encontrar tanto en paredes, como muros, bóvedas y especialmente en los ábsides de las iglesias. El Pantocrátor era el que más se solía representar allí, dentro de una mandorla rodeada de cuatro evangelistas.

Los pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento se solían representar con la pintura en bóvedas y muros. Por otro lado, existieron dibujos en miniaturas de importancia, que eran representados en biblias.

Tapiz románico anglo-normando de Bayeux. Crédito: Dominio Público / Wikimedia

Uno de los que destaca es el Tapiz románico anglo-normando de Bayeux, este narra la conquista de Guillermo el Conquistador.

Técnicas pictóricas románicas

Las técnicas pictóricas más empleadas durante la época románica fue tanto el fresco, como el temple; para éste último se usaba como aglutinante huevo o leche. Por otro lado, se usaba también la pintura sobre tabla, aunque no era muy común, se llegó a emplear para la decoración de altares.

Así como la escultura, la pintura románica fue simbólica en gran medida. También cumplía como objetivo educar a la población respecto a la religión, considerando que en su mayoría era analfabeta. Aunque mostraban cierta expresividad las figuras, eran planas y muy escasas de realismo.

No existía ni el volumen, ni la perspectiva; sin ningún tipo de ambientación paisajística, ni efectos de iluminación. Todo esto porque no era la belleza la finalidad, o la estética, sino simple métodos educativos religiosos.

Una de las más representativas destaca en Francia, el conjunto pictórico de la bóveda de Saint-Savin-sur-Gartempe, cuya representación gira en torno a escenas bíblicas, como la construcción del Arca de Noel, entre otros, de gran influencia bizantina. Así como también las pinturas de Berzé-la-Ville o en las Criptas de Auxerre.

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